Autor/es reacciones

Francisca Ruano Díaz

Professor of Zoology at the Department of Zoology and coordinator of the Applied Ecology and Agroecosystems research group at the University of Granada

El artículo destaca la eficacia de las acciones de conservación y ofrece una perspectiva talentosa para aquellos involucrados en la protección de la biodiversidad. Da respaldo a la inmensa mayoría de las acciones que se han llevado a cabo en el ámbito de la conservación, eliminando el derrotismo que a veces nos invade cuando constatamos que se siguen extinguiendo especies y que las acciones que se llevan a cabo parecen no ser suficientes. para eliminar el deterioro de la biodiversidad que se está produciendo. Sin embargo, en este trabajo se concluye que la inmensa mayoría está obteniendo resultados muy positivos. De forma contrapuesta, solo un 11,6 % de las inacciones en conservación producen efectos positivos en la biodiversidad.

En el aspecto metodológico, el trabajo se basa en un gran número de artículos iniciales, finalmente 186 incluidos en el estudio, lo que permite presentar resultados en una escala espacial amplia (desde lo local a lo continental) y por primera vez, también temporal ( más de un siglo). El gran número de artículos manejados permite además profundizar en el éxito diferencial de distintas intervenciones conservacionistas. Esta vertiente del estudio me parece especialmente relevante de este artículo, porque facilita diferente respaldo a cada una de ellas, analizando incluso cómo mejorar su repercusión, especialmente en el caso de la creación de espacios protegidos.

Todas las intervenciones habituales en conservación tienen efectos netos principalmente positivos, pero son la erradicación y control de especies invasoras o problemáticas nativas (especialmente en islas) y el manejo sostenible y restauración son los que tienen una mayor repercusión positiva. Este resultado vuelve a incidir en la necesidad de mejorar la gestión de los ecosistemas terrestres explotados por el ser humano. Este tipo de intervención tiene beneficios acumulados, como conseguir los bienes de aprovisionamiento con un menor gasto de insumos, más saludables para el ser humano y el planeta. Además, sus beneficios sobre la abundancia de las especies nativas y la cobertura vegetal de los hábitats resultan indiscutibles, según concluyen los autores.

Sin embargo, la creación de espacios protegidos, también con beneficios netos positivos claros, está condicionada a la obtención de financiación adecuada en el tiempo y aceptación social, lo que la hace una intervención necesaria pero dependiente de más condicionantes externos.

El estudio también presenta algunos déficits de los que son conscientes, como la falta de estudios en el sur global o sobre los efectos concretos del control de la polución o las adaptaciones al cambio climático. Abre también nuevos retos para la comunidad científica que será necesario ir incluyendo en nuestras agendas.

En resumen, me parece un artículo oportuno, relevante y muy útil desde todo punto de vista (investigación, gestión, docencia).

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