According to a study off the coasts of France, Italy, Spain, Croatia, Slovenia and Greece, catches of threatened elasmobranchs are higher in partially protected areas than in unprotected areas, suggesting that small-scale fishing may be affecting these species.
Eduardo Balguerías - elasmobranquios Mediterráneo
Eduardo Balguerías Guerra
Marine biologist and from June 2010 to February 2020, Director of the Spanish Institute of Oceanography.
Nature Communications is a prestigious journal and I assume that the paper has been rigorously evaluated in its methodological and scientific aspects by the referees and the editor.
Elasmobranchs, in general, are in a poor state of conservation due to various causes, including those mentioned by the authors of the article.
The situation is particularly worrying in the Mediterranean due to fishing pressure (most are caught as bycatch, although there is also some directed fishing) and habitat loss.
Artisanal fisheries are largely unknown in the Mediterranean, especially in the southern basin, for which there is little information on catch statistics. This type of fishing can have a significant impact on some sensitive species, including certain elasmobranchs.
Marine protected areas can be of different nature and created with different conservation objectives. As a result, management plans (and the results of their establishment) may differ from one area to another.
The management of Mediterranean fisheries resources is the responsibility of two international organisations, the General Fisheries Commission for the Mediterranean under the FAO and the International Commission for the Conservation of Atlantic Tunas (ICCAT). ICCAT is responsible for the assessment and management of elasmobranch resources.
I agree with the authors of the article that the elasmobranch group is in a general state of conservation concern in the Mediterranean (and other parts of the world), although this situation differs from one species to another. I also agree that artisanal fisheries may be responsible for a significant part of the catches of these species, so efforts should be made to improve knowledge and information on their activity, especially in some countries of the southern basin.
I am aware that the international organisations in charge of the management of these resources, particularly ICCAT, are aware of the problem and are trying to put in place the means to solve it. This concern is shared by most of the countries bordering the Mediterranean which, also within their competences, are adopting different measures aimed at the conservation of the most endangered species of the group.
Enric - rayas
Enric Massutí
Investigador en el departamento de pesca
Los investigadores analizan el efecto de la protección de peces elasmobranquios en once “áreas marinas protegidas”, la mayoría de dimensiones pequeñas y todas ellas costeras, distribuidas a lo largo del Mediterráneo. Para ello comparan, mediante análisis de imagen, las “capturas por unidad de esfuerzo” de 24 especies (4 tiburones y 20 rayas) en 1256 lances de pesca con redes de enmalle y trasmallo, realizadas en estas áreas protegidas y en áreas adyacentes no protegidas.
Los elasmobranquios (tiburones y rayas) son depredadores apicales que desempeñan un papel clave en los ecosistemas marinos. Por sus características biológicas (crecimiento lento, madurez sexual tardía y fecundidad baja) son especies muy vulnerables a la pesca. Forman parte de las capturas acompañantes (by-catch) de diversas pesquerías, entre ellas la pesca artesanal, con artes menores, que se realiza en el Mediterráneo. Un mar que está considerado como punto clave (hotspot) para el mantenimiento de la diversidad de estas especies. De hecho, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN de sus siglas en inglés) considera el Mediterráneo, que alberga alrededor del 7% de los elasmobranquios actuales, como uno de los puntos del Planeta con mayor riesgo de extinción para estas especies.
El estudio muestra que las “capturas por unidad de esfuerzo” de estas especies, estimadas tanto en número como en peso de los ejemplares capturados por 1000 metros de longitud de red, fueron mayores dentro de las áreas protegidas que en sus áreas adyacentes no protegidas. Estos resultados sugieren una mayor abundancia de elasmobranquios demersales dentro de las áreas protegidas respecto a sus áreas adyacentes, con menores restricciones a la pesca o sin ellas. También se observó que, en general, se capturaron más ejemplares inmaduros que reproductores. No se detectaron diferencias en las capturas de ejemplares reproductores, pero sí en la de inmaduros, que se capturaron con mayor frecuencia en las áreas protegidas.
Si bien estudios previos ya habían mostrado resultados similares para algunas especies de elasmobranquios y en determinadas áreas marinas protegidas, Di Lorenzo y colaboradores demuestran la mayor abundancia de elasmobranquios demersales en las áreas marinas protegidas respecto a sus áreas adyacentes, a través de una aproximación global, que tiene en cuenta un mayor número de estas especies y diversas áreas marinas protegidas distribuidas a lo largo de casi todo el Mediterráneo, con características ambientales, biogeográficas y ecológicas distintas, sometidas a impactos antrópicos diferentes, entre ellos la pesca y, también, con distintas medidas de gestión y de restricción de las actividades pesqueras.
Estos autores demuestran, por tanto, la eficacia de las pequeñas áreas marinas protegidas costeras como herramienta de gestión para la conservación y sostenibilidad de los elasmobranquios a escala regional mediterránea. Un aspecto especialmente importante si tenemos en cuenta que 9 de los 24 elasmobranquios demersales considerados en el estudio están catalogadas por la IUCN como especies amenazadas en el Mediterráneo y que, según los autores, más de la mitad de las especies capturadas en 5 de las 11 áreas marinas protegidas se consideran amenazadas de extinción.
En el artículo también se señala el hecho de que sea en las áreas marinas protegidas donde la flota artesanal registre las mayores capturas de elasmobranquios, tanto de individuos inmaduros como maduros, y en algunos vasos de especies amenazadas, que los autores denominan como una “paradoja de conservación”. Por ello, plantean la necesidad de que las medidas de gestión de las actividades pesqueras en las áreas marinas protegidas aseguren alcanzar los objetivos de conservación del medio marino y comentan que se necesitan medidas adicionales y/o un cumplimiento más estricto de las medidas actuales para detener el declive en curso y reconstruir las poblaciones de elasmobranquios en peligro de extinción.
Según Di Lorenzo y colaboradores, es necesario mejorar el control del esfuerzo pesquero en las áreas marinas protegidas, incluidas las restricciones temporales o de artes de pesca, y el uso de dispositivos que mejoran su selectividad respecto a la captura de elasmobranquios, así como las prácticas de manejo y liberación de capturas accidentales de especies en peligro de extinción. También plantean la necesidad de mejorar el conocimiento científico sobre los hábitats esenciales para el desarrollo de estas especies, lo que permitiría plantear cierres temporales de zonas de agregación de estas especies con fines reproductivos, de cría y alimentación.
Por último, en el artículo se señala la necesidad de mejorar la cobertura de las áreas marinas protegidas y garantizar su gestión eficaz para lograr una conservación global del mar. Según los autores, las áreas marinas protegidas de uso múltiple, diseñadas y gestionadas de manera adecuada, deberían mejorar la protección de los elasmobranquios y, al mismo tiempo, permitir un uso sostenible de estos y otros recursos naturales. Una recomendación que creo se podría y debería extender más allá, implementando en zonas abiertas a la pesca, medidas de gestión y mejoras de las prácticas pesqueras que en las áreas marinas protegidas se han mostrado eficaces para hacer compatible la conservación y sostenibilidad de especies y ecosistemas marinos. Una verdadera gestión integral del medio marino requiere no solo la implementación de una red de áreas marinas protegidas, con sus zonas de reserva integral, diseñada en base a criterios científicos, que además permitan la conectividad de especies y ecosistemas, sino también gestionar las actividades antrópicas, entre ellas la pesca, en las áreas no incluidas dentro de esta red.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
Manfredi Di Lorenzo et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional