Froila M. Palmeiro
Investigadora en el Euro-Mediterranean Center on Climate Change (CMCC, Italia)
Este informe recoge los eventos climáticos extremos más significativos ocurridos durante el año 2025 y analiza su posible relación con el cambio climático. Este análisis permite llevar a cabo lo que se conoce como atribución climática, que, por un lado, puede indicar una mayor probabilidad de eventos como olas de calor, incendios, sequías, así como lluvias intensas, inundaciones o huracanes, como consecuencia del cambio climático; y, por otro lado, puede señalar posibles alteraciones en la intensidad o extensión de estos eventos.
En los últimos diez años, la temperatura media global ha aumentado en 0,3°C. Aunque este incremento pueda parecer pequeño, se traduce en un promedio de 11 días adicionales de calor extremo por año. Además, las olas de calor se han vuelto diez veces más probables, lo que subraya que cada décima de grado que logremos evitar es, en sí misma, un importante logro.
Los impactos de los fenómenos extremos de 2025 subrayan la vulnerabilidad de ciertas regiones del Sur Global, siendo especialmente notable el riesgo desproporcionado que enfrentan las mujeres en lugares como Sudán del Sur, donde su menor cualificación laboral las obliga a desempeñar trabajos más expuestos, como son la agricultura o la venta ambulante.
Otra injusticia de la crisis climática que destaca el informe se refiere a los propios estudios científicos, ya que los modelos climáticos están mejor calibrados para el hemisferio norte. Esto, junto con la falta de datos observacionales en el hemisferio sur, dificulta la precisión de los análisis y la calidad de las predicciones para los países del Sur Global.
El informe urge a mejorar las medidas de adaptación ante la emergencia climática, pero también advierte que, en algunos casos, como sucedió durante el Huracán Melissa, estas medidas pueden resultar insuficientes. Esto resalta la necesidad de reducir drásticamente las emisiones para poder frenar la escalada de los impactos.