Andrew Whitehouse
Profesor de investigación sobre el Autismo Angela Wright Bennett en el Kids Research Institute Australia
La leucovorina (ácido folínico) se ha promocionado como un ‘tratamiento’ para el autismo, pero las pruebas son débiles. Algunos ensayos a pequeña escala sugieren posibles mejoras leves en los resultados conductuales, pero estos estudios están limitados por el reducido número de participantes, la inconsistencia de los resultados y la falta de réplicas independientes.
En este momento, la ciencia no se acerca al nivel necesario para recomendar la leucovorina en el tratamiento clínico del autismo. El campo carece de ensayos a gran escala, multicéntricos y rigurosamente controlados que puedan confirmar si los beneficios son reales, reproducibles y significativos en la vida cotidiana.
En resumen, la leucovorina sigue siendo experimental. Las investigaciones actuales son demasiado limitadas y preliminares para sacar conclusiones sólidas, y el entusiasmo supera con creces las pruebas científicas. Las familias y los médicos deben ser cautelosos y saber que ya existen muchos programas de apoyo con un sólido respaldo científico que favorecen de forma fiable el desarrollo de los niños autistas. En comparación con estos enfoques probados, la leucovorina sigue sin estar demostrada.