Bart De Strooper
Jefe de grupo del Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido en el University College London (Reino Unido)
Se trata de un estudio muy interesante que aporta más información sobre el riesgo de una forma transmisible de beta amiloide, una proteína implicada en la angiopatía amiloide cerebral y la enfermedad de Alzheimer.
Como señalan los autores, según las pruebas actuales, el riesgo de adquirir una forma transmisible de amiloide es muy bajo. Nadie debería reconsiderar o renunciar a ningún procedimiento médico, especialmente a la transfusión de sangre o la neurocirugía, que salvan muchas vidas en todo el mundo cada año.
Sin embargo, siempre es importante que sigamos revisando y analizando las pruebas cuando se trata de la salud pública. En una correspondencia anterior en la que participaron varios expertos en la materia, pedimos una mayor vigilancia y un seguimiento a largo plazo, sobre todo después de procedimientos en etapas tempranas de la vida en los que intervienen fluidos o tejidos humanos. Las medidas prácticas recomendadas incluyen la realización de estudios epidemiológicos más amplios, la investigación continua del riesgo utilizando modelos animales y el desarrollo de pruebas sensibles de bajo coste y alto rendimiento para la beta amiloide y otras proteínas con el fin de facilitar la esterilización preventiva de, por ejemplo, los instrumentos neuroquirúrgicos.