Beatriz Domínguez-Gil
Directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT)
El estudio está muy bien diseñado y es una extraordinaria aportación al desarrollo clínico del xenotrasplante que, en los últimos años, ha avanzado de manera espectacular gracias a la generación de cerdos transgénicos y testados en dos modelos diferentes: en personas en muerte encefálica y en pacientes con un objetivo terapéutico, normalmente en el contexto de autorizaciones de uso compasivo.
La principal novedad que aporta es la utilización de una porción de hígado de un cerdo con seis modificaciones genéticas para realizar un trasplante hepático auxiliar. La persona a la que implantan el hígado no tiene insuficiencia hepática, ni tiene necesidad de trasplante hepático, pero sí son capaces con este modelo de confirmar varios puntos. El primero, el adecuado funcionamiento del injerto. En segundo lugar, que los vasos se mantienen íntegros y que no se producen fenómenos trombóticos. Por último, que no se produce rechazo del injerto.
Sin embargo, también reconocen los autores que el funcionamiento del órgano no sería suficiente para que sea una terapia de destino, pero sí consideran que es una prueba de concepto sobre esta idea del trasplante hepático auxiliar, que consistiría en utilizar este procedimiento en personas con un fallo hepático fulminante durante el tiempo suficiente para darle soporte hasta que se identifique un órgano humano adecuado para realizar el trasplante o hasta que espontáneamente se recupere la función del hígado dañado.