Hannah Kirk
Profesora titular en la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Monash (Australia)
El estudio de Ostinelli y sus compañeros revisó ensayos controlados aleatorizados sobre tratamientos para el TDAH en adultos (≥18 años). Si bien los estimulantes son la única intervención que reduce de manera consistente los síntomas del TDAH autoinformados y reportados por los clínicos a corto plazo, no logran mejorar resultados más amplios, como la calidad de vida. Los adultos con TDAH enfrentan desafíos que van más allá de los síntomas principales, lo que resalta la necesidad de tratamientos y estudios que aborden el bienestar funcional y emocional.
Las opciones no estimulantes, como la atomoxetina, mostraron cierta reducción de síntomas, pero fueron menos tolerables debido a los efectos secundarios y al inicio más lento de su eficacia. Los tratamientos no farmacológicos mostraron efectos inconsistentes, probablemente debido a la variabilidad en los tipos de intervención, su frecuencia y duración, así como a la falta de ensayos de alta calidad. Es importante señalar que, de los ensayos incluidos, solo 38 examinaron enfoques no farmacológicos en comparación con los 113 que estudiaron tratamientos farmacológicos.
En última instancia, se debe adoptar un enfoque de tratamiento multimodal personalizado que contemple el bienestar funcional y emocional, además de la reducción de los síntomas principales. Finalmente, el estudio también destaca una brecha significativa en la evidencia sobre los efectos a largo plazo de los tratamientos para el TDAH. Dado que el TDAH es una condición crónica para muchas personas, es fundamental que existan intervenciones sostenidas y efectivas disponibles para los adultos con TDAH. Por lo tanto, la investigación debe ir más allá del control de síntomas a corto plazo y centrarse en resultados a largo plazo que realmente mejoren la vida diaria de las personas con TDAH.