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Monique Botha

Profesora asociada de Psicología Social y del Desarrollo en la Universidad de Durham (Reino Unido)

"Hay muchos estudios que refutan esta correlación, pero el más importante fue un estudio sueco de 2,4 millones de nacimientos (1995-2019) publicado en 2024, que utilizó datos reales de hermanos y no encontró ninguna relación entre la exposición al paracetamol en el útero y el autismo, el TDAH o la discapacidad intelectual posteriores. Esto sugiere que no existe un efecto causal del paracetamol en el autismo. Esto se ve reforzado por la ausencia de una relación dependiente de la dosis. No hay pruebas sólidas ni estudios convincentes que sugieran que exista una relación causal y las conclusiones que se extraen en sentido contrario suelen estar motivadas, carecer de pruebas y no estar respaldadas por los métodos más sólidos para responder a esta pregunta. Estoy excepcionalmente segura de que no existe ninguna relación.  

Del mismo modo, el alivio del dolor para las mujeres embarazadas es deplorablemente insuficiente y el paracetamol es una opción mucho más segura para aliviar el dolor durante el embarazo que prácticamente cualquier otra alternativa y debemos tomarnos en serio el dolor de las mujeres, incluso durante el embarazo. El alarmismo impedirá que las mujeres accedan a la atención adecuada durante el embarazo. Además, se corre el riesgo de estigmatizar a las familias que tienen hijos o hijas autistas como si ellas mismas lo hubieran provocado, y se reaviva el antiguo patrón de vergüenza y culpa materna que hemos visto resurgir repetidamente en los últimos 70 años, en los que se intenta culpar de alguna manera a la madre por el autismo". 

Sobre la leucovorina como tratamiento: 

“Se necesita más evidencia sobre el efecto de la leucovorina y los rasgos autistas fundamentales antes de poder extraer conclusiones significativas. Las pruebas disponibles en este momento son excepcionalmente provisionales y no se consideran sólidas. Del mismo modo, aunque los medicamentos pueden ayudar en aspectos muy específicos, no existe ningún medicamento o tratamiento que cure o elimine activamente el autismo, aunque puede ajustar el comportamiento o reducir los síntomas concurrentes que contribuyen al malestar de las personas autistas.  

El autismo es una discapacidad hereditaria de por vida cuya causa principal es muy probable que sea genética, expresada a través de una amplia gama de genes. Del mismo modo, las personas autistas son excepcionalmente heterogéneas, por lo que cualquier tratamiento o medicamento para rasgos específicos probablemente funcione para manifestaciones muy específicas de rasgos autistas, en contextos muy particulares. Las afirmaciones generales sobre curas o tratamientos no suelen ser precisas, útiles ni éticas”. 

ES