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Nuno Costa-Borges

Investigador y embriólogo, director científico y CEO de Embryotools, Parc Cientific de Barcelona

Como centro pionero en terapias de sustitución mitocondrial (MRT), Embryotools acoge con satisfacción la reciente publicación de Hyslop et al. en The New England Journal of Medicine, en la que se informan los resultados de la transferencia pronuclear (PNT) para prevenir la transmisión de enfermedades del ADN mitocondrial (ADNmt). El estudio informa del nacimiento de ocho bebés, cuatro niñas y cuatro niños, entre ellos un par de gemelos idénticos, nacidos de siete mujeres con alto riesgo de transmitir trastornos graves del ADNmt. Es importante destacar que todos los bebés están sanos y no muestran signos de enfermedad mitocondrial. Sin embargo, la detección de heteroplasmia postnatal de ADNmt de bajo nivel (reversión) en 3 de los 8 bebés (5 %-16 %) merece una discusión especial. 

Debido a la normativa del Reino Unido que prohíbe realizar pruebas de heteroplasmia en embriones, no se pudo determinar el momento exacto en que se produjo esta reversión. Su análisis se basó en embriones bloqueados y muestras de sangre de los recién nacidos, lo que limita la interpretación. Por el contrario, nuestro reciente ensayo piloto con transferencia materna de husos (MST), una forma de terapia de reemplazo mitocondrial (MRT) en la que la sustitución mitocondrial se produce en el ovocito antes de la fecundación, en pacientes infértiles, dio lugar a siete nacidos vivos, dos de los cuales también mostraron reversión, una frecuencia comparable.  

Sin embargo, nuestro enfoque incluyó la evaluación directa de la heteroplasmia en blastocistos y, de forma longitudinal, en múltiples tejidos, incluido el líquido amniótico. Esto nos permitió definir con precisión que la reversión se produjo entre la fase de blastocisto y la mitad del embarazo (~15 semanas), lo que refuerza la importancia de las pruebas prenatales para detectar la reversión de forma temprana y orientar la toma de decisiones clínicas. En nuestro estudio, todos los bebés también están sanos y se les ha realizado un seguimiento que no ha revelado ningún evento adverso. 

Este fenómeno, la «reversión» del ADNmt, se ha descrito anteriormente en células humanas in vitro, pero no en niños derivados de MRT. Los niveles mínimos de transferencia de ADNmt materno pueden aumentar considerablemente, lo que podría comprometer la eficacia de las MRT para prevenir enfermedades mitocondriales. Los mecanismos biológicos que subyacen a esta amplificación selectiva siguen sin estar claros, pero parecen producirse en las primeras etapas del desarrollo, por lo que podrían detectarse mediante pruebas prenatales. Cabe señalar que el impacto de la reversión del ADNmt en los tratamientos de infertilidad es probablemente menos preocupante, ya que el ADNmt materno en estos casos no porta mutaciones patógenas. Además, con una adecuación adecuada de los haplotipos de ADNmt entre la madre y la donante, las consecuencias biológicas de la heteroplasmia de bajo nivel podrían minimizarse aún más o incluso llegar a ser clínicamente irrelevantes. 

Actualmente, solo el Reino Unido y Australia han regulado el uso de la MRT para prevenir la transmisión de mutaciones del ADN mitocondrial. Creemos que otros países deberían adoptar modelos normativos similares. En particular, la MRT también debería contemplarse para el tratamiento de la infertilidad. La infertilidad es una enfermedad reconocida por la OMS, y la MRT puede ofrecer un vínculo genético con la madre a pacientes que, de otro modo, dependerían de la donación de óvulos. Esta justificación se ajusta a los principios éticos que sustentan la MRT para la prevención de enfermedades. Como grupo pionero en esta tecnología, España debería liderar la regulación de estas aplicaciones para garantizar la seguridad de los pacientes y evitar el turismo reproductivo a países donde estas técnicas pueden ofrecerse sin la supervisión adecuada. 

A la luz de estas conclusiones, reafirmamos la urgente necesidad de seguir realizando estudios bien regulados, más amplios y a largo plazo para evaluar plenamente la seguridad, la eficacia y las implicaciones clínicas de las TRM. Es esencial que se sigan investigando bajo una supervisión adecuada para garantizar el desarrollo responsable de estas tecnologías, mejorar el asesoramiento genético y apoyar la toma de decisiones informadas tanto por parte de los pacientes como de los médicos. 

También abogamos por una evolución normativa reflexiva que defienda la autonomía de los pacientes, la excelencia científica y el principio de justicia reproductiva.

ES