Sophie Dahlenburg
Profesora de la facultad de Psicología de la Universidad de Adelaida (Australia)
Sabemos que los niños y adolescentes corren el riesgo de sufrir problemas relacionados con la imagen corporal y los trastornos de conducta alimentaria. Este artículo, muy bien escrito, pone de relieve lo generalizado y extendido que puede estar este problema. Aunque los comportamientos alimentarios alterados en la infancia y la adolescencia no desembocan necesariamente en un trastorno de conducta alimentaria diagnosticado, sí suponen un alto riesgo.
Además, como los resultados mostraron que las chicas eran más propensas a declarar comportamientos alimentarios alterados en comparación con los chicos, y que el aumento de la edad y del IMC (índice de masa corporal) conducía a mayores alteraciones de la conducta alimentaria, es importante dirigir las intervenciones a reducir los casos. Es especialmente crítica la intervención temprana en este ámbito, ya que sabemos que los trastornos alimentarios son algunos de los diagnósticos psiquiátricos más mortales. La prevención temprana puede salvar vidas.