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Tony Irwin

Profesor asociado honorario de la Universidad Nacional de Australia, director técnico de SMR Nuclear Technology Pty Ltd, y presidente del Panel de Ingeniería Nuclear de la División de Sídney de Ingenieros de Australia

El vertido de agua de Fukushima no es un suceso sin precedentes. Las centrales nucleares de todo el mundo han vertido agua con tritio de forma rutinaria durante más de 60 años sin causar daños a las personas ni al medio ambiente, la mayoría, a niveles superiores a los 22 TBq [terabecquerel] anuales previstos en Fukushima. 

Por comparar, en Corea del Sur la central de Kori vertió 91 TBq en 2019, más de cuatro veces el vertido previsto en Fukushima. Siempre que los niveles de todos los radioisótopos peligrosos estén por debajo de los niveles reglamentarios, el vertido previsto en Fukushima es muy conservador. Así que la pregunta clave es si TEPCO mide con precisión lo que hay en los tanques que se van a verter. 

El IAEA ha llevado a cabo una serie de misiones. Su último informe, publicado en mayo de 2023, examina la determinación de radionucleidos en el agua tratada con ALPS [Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos, en castellano]. Se tomaron muestras del primer lote de agua tratada con ALPS que se prevé verter al mar. Fueron analizadas de forma independiente por TEPCO, por el IAEA en sus laboratorios de Mónaco, Seibersdorf y Viena, y en otros laboratorios externos de Francia, Corea del Sur, Suiza y Estados Unidos. Los resultados muestran un alto nivel de concordancia entre todos los laboratorios. Es importante señalar que ni el IAEA ni los laboratorios externos detectaron radionucleidos adicionales (es decir, radionucleidos más allá de los incluidos en el término fuente) en niveles significativos. 

El vertido previsto es ultraconservador. 

ES