Josep Maria Suelves
Investigador del Behavioural Design Lab en el UOC eHealth Center, vocal de la junta directiva de la Sociedad de Salud Pública de Cataluña y de Baleares y vicepresidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo
El trabajo que acaba de publicarse muestra resultados coincidentes con otros trabajos previos que hicieron pensar en la posibilidad de que el consumo de pequeñas cantidades de bebidas alcohólicas podría contribuir a reducir la mortalidad por causas cardiovasculares. Hoy disponemos de pruebas procedentes de revisiones sistemáticas y metaanálisis (Zhao, Stockwell, Churchil et al. 2023) que llegan a la conclusión de que no hay pruebas de un efecto beneficioso del consumo de pequeñas cantidades de bebidas alcohólicas sobre la salud cardiovascular, y que la aparente reducción de la mortalidad por causas cardiovasculares mostrada por algunos estudios seguramente se debe a sesgos en la selección de los grupos de personas abstemias, que incluyeron inicialmente personas que no consumen alcohol a causa de su mala salud, y que, por lo tanto, estaban expuestas a un mayor riesgo de morir que los consumidores moderados de alcohol, inicialmente más sanos.
El consumo de alcohol tiene numerosos efectos negativos sobre la salud, entre los que se incluyen diferentes formas de cáncer, cuya magnitud excede cualquiera de los supuestos efectos beneficiosos sobre la mortalidad por causas cardiovasculares descritos hasta la fecha. De acuerdo con el conocimiento científico actual, no debe recomendarse nunca el consumo de vino u otras bebidas alcohólicas para promover la salud o prevenir enfermedades ya que, como señala la Organización Mundial de la Salud (Anderson, Benjamin et al. 2023), no existe ningún nivel seguro de consumo de alcohol.
Desde una perspectiva de salud, se recomienda evitar completamente el consumo de alcohol entre menores de edad, durante el embarazo, cuando se han de conducir vehículos o realizar actividades peligrosas, y cuando se sufren enfermedades o se siguen tratamientos incompatibles con el uso de bebidas alcohólicas. Para el resto de la población, es importante recordar que los riesgos para la salud del consumo de alcohol aumentan de forma importante cuando el consumo medio de alcohol supera el equivalente a 4 unidades diarias (unos 40 gramos de alcohol puro) en el caso de los hombres y 2 unidades diarias (20 gramos de alcohol) en el caso de las mujeres, por lo que no deberían rebasarse esos límites.
Debe subrayarse el hecho de que varios de los autores del artículo comentado mencionan haber recibido en el pasado ayudas de diferentes organizaciones vinculadas al sector de la producción de bebidas alcohólicas, así como la contribución de organizaciones vinculadas al sector vinícola a la financiación del estudio presentado.