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Alejandro Sánchez de Miguel

Investigador posdoctoral EMERGIA en la Oficina de Calidad del Cielo del Instituto de Astrofísica de Andalucía-CSIC

¿El estudio se apoya en datos y métodos sólidos? 

“Sí, son datos públicos”. 

¿Cómo encaja con trabajos previos? ¿Qué novedades aporta? 

“Amplía lo que ya existe, que hasta ahora se había centrado sobre todo en la astronomía a nivel de tierra. La principal novedad es mostrar cómo esto no solo va a afectar a la astronomía terrestre, sino también a la astronomía espacial”. 

¿Hay limitaciones importantes que haya que tener en cuenta? 

"Este estudio es hasta optimista, ya que hay satélites que no han sido considerados, como los que están actualmente en proceso de evaluación por parte de la empresa Reflective Orbital y otros proyectos de China y Rusia. Algunos están planeados para tener lanzamientos tan pronto como el año que viene. Es difícil estar al tanto de todas las iniciativas empresariales que van apareciendo y parte de esta información no estaba disponible cuando se envió el artículo o directamente aún no existe". 

¿Qué relevancia tiene este estudio en la práctica?  

"Es llamativa la falta de cobertura mediática en un área que supone una pérdida cultural y estratégica de esta magnitud, tanto para la astronomía en tierra, espacial y tradiciones culturales globales, como por su impacto ecológico, en tanto que es un experimento de geoingeniería descontrolado. El impacto en astronomía ni siquiera es la punta del iceberg de este problema. Hay otros riesgos mucho mayores, por ejemplo, para el tráfico aéreo, el cambio climático o los genocidios culturales. Los genocidios culturales se producen cuando impides que una determinada cultura perviva. En particular, hay varias culturas –algunas reconocidas como patrimonio inmaterial de la humanidad– que necesitan la visión de las estrellas para su transmisión. Un ejemplo paradigmático son las culturas aborígenes de Australia, pero no son las únicas.  

Este estudio muestra cómo no solo nos estamos quedando ciegos en los telescopios terrestres, sino también en los telescopios espaciales, lo que producirá un sobrecoste para elevar por encima de esta capa de basura espacial los futuros telescopios, sin contar el riesgo de recibir impactos de la basura espacial. 

Lo que debemos hacer es empezar a aplicar la legislación espacial ya existente para intentar mitigar el impacto de estas megaconstelaciones lo antes posible e informar para que exista una mayor conciencia social sobre sus efectos". 

ES