El trabajo es un análisis riguroso que recopila la mejor información epidemiológica disponible. Incluye solo estudios prospectivos (estudios que presentan menos sesgos que otros diseños metodológicos), y evalúa su calidad, especialmente en relación con los sesgos habituales de estudios sobre consumo de alcohol: el sesgo de personas bebedoras ocasionales y de exbebedoras. En muchos casos, las personas exbebedoras han dejado de beber como consecuencia de un problema de salud relacionado, y su inclusión en la categoría de no consumidores ‘contamina’ a este grupo, que suele ser considerado como el grupo de referencia para establecer comparaciones, puesto que los individuos exbebedores pueden tener un mayor riesgo de mortalidad y este puede estar relacionado precisamente con el consumo previo de alcohol. 

Los resultados vienen a confirmar la evidencia previa de un efecto nocivo del consumo elevado de alcohol, al tiempo que no sugiere un efecto protector ni de riesgo en consumos moderados. El consumo bajo o moderado de alcohol no se asocia con mayor ni menor riesgo de mortalidad global, de forma que no se muestra beneficioso, pero tampoco de riesgo. El hecho de no observar mayor o menor riesgo no significa que no exista, sino que no se ha podido probar en el presente estudio. 

Los resultados recopilan la evidencia disponible e incluye estudios de distintos países, también de España. Aunque al no tratarse de poblaciones representativas sino grupos de participantes voluntarios, la generalización de los resultados debe realizarse con cautela. Además, los países donde se realiza más investigación (en general, de Norteamérica y Europa) suelen estar sobrerrepresentados. Este hecho puede ocasionar que, si en países con consumos muy diferentes se hubieran realizado estudios bien diseñados, y se hubieran podido incluir en el metaanálisis, no se pueda descartar que los resultados hubieran sido diferentes. 

Se trata de evidencia que procede de estudios de observación y ello conlleva sesgos y limitaciones conocidas: errores en el cálculo de la ingesta de alcohol y posible existencia de factores relevantes desconocidos o no medidos. 

Estos aspectos que se comentan siempre se deben tener en cuenta como limitaciones –aunque, al haber incluido estudios de cohortes prospectivos, los sesgos y limitaciones son menores que en otros diseños de estudios epidemiológicos (encuestas, caso-control, cohorte retrospectiva), pero mayores que en los ensayos clínicos controlados–. Sin embargo, este último tipo de diseño no se puede realizar por cuestiones éticas, siendo el de cohortes prospectivas el más indicado para este tipo de estudio. 

El artículo ayuda a reforzar la evidencia disponible sobre el efecto dañino del consumo excesivo de alcohol. Debe entenderse que estos resultados no deben animar al consumo, sino desalentar el abuso de bebidas alcohólicas. En relación al consumo bajo o moderado, se mantienen las controversias, aunque otros autores y estudios avalan que cualquier consumo podría ser de riesgo para la salud.

ES