Beber menos de 25 gramos de alcohol al día (2,5 unidades de bebida estándares, el equivalente de dos cañas y media) no reduce la mortalidad, según un análisis que agrega los datos de 107 estudios previos y 4,8 millones de personas. Algunos estudios afirman que las personas que beben alcohol en dosis bajas viven más tiempo y tienen menos probabilidad de morir de enfermedad cardiovascular que las que se abstienen totalmente. Este metaanálisis publicado en JAMA Network Open, que reúne estudios publicados entre 1980 y 2022 en varios países, no encontró este efecto protector. Sí encontró un aumento significativo del riesgo de mortalidad a partir de 25 g al día para mujeres y de 45 g para hombres. En España, el Ministerio de Sanidad establece los límites de consumo de bajo riesgo a 10 g de alcohol por día para mujeres y 20 g para hombres.
Alcohol mortalidad - MDolores Chirlaque
María Dolores Chirlaque López
Jefa de servicio de epidemiología, Consejería de Salud, Región de Murcia, Universidad de Murcia. IMIB-Arrixaca y CIBERESP
El trabajo es un análisis riguroso que recopila la mejor información epidemiológica disponible. Incluye solo estudios prospectivos (estudios que presentan menos sesgos que otros diseños metodológicos), y evalúa su calidad, especialmente en relación con los sesgos habituales de estudios sobre consumo de alcohol: el sesgo de personas bebedoras ocasionales y de exbebedoras. En muchos casos, las personas exbebedoras han dejado de beber como consecuencia de un problema de salud relacionado, y su inclusión en la categoría de no consumidores ‘contamina’ a este grupo, que suele ser considerado como el grupo de referencia para establecer comparaciones, puesto que los individuos exbebedores pueden tener un mayor riesgo de mortalidad y este puede estar relacionado precisamente con el consumo previo de alcohol.
Los resultados vienen a confirmar la evidencia previa de un efecto nocivo del consumo elevado de alcohol, al tiempo que no sugiere un efecto protector ni de riesgo en consumos moderados. El consumo bajo o moderado de alcohol no se asocia con mayor ni menor riesgo de mortalidad global, de forma que no se muestra beneficioso, pero tampoco de riesgo. El hecho de no observar mayor o menor riesgo no significa que no exista, sino que no se ha podido probar en el presente estudio.
Los resultados recopilan la evidencia disponible e incluye estudios de distintos países, también de España. Aunque al no tratarse de poblaciones representativas sino grupos de participantes voluntarios, la generalización de los resultados debe realizarse con cautela. Además, los países donde se realiza más investigación (en general, de Norteamérica y Europa) suelen estar sobrerrepresentados. Este hecho puede ocasionar que, si en países con consumos muy diferentes se hubieran realizado estudios bien diseñados, y se hubieran podido incluir en el metaanálisis, no se pueda descartar que los resultados hubieran sido diferentes.
Se trata de evidencia que procede de estudios de observación y ello conlleva sesgos y limitaciones conocidas: errores en el cálculo de la ingesta de alcohol y posible existencia de factores relevantes desconocidos o no medidos.
Estos aspectos que se comentan siempre se deben tener en cuenta como limitaciones –aunque, al haber incluido estudios de cohortes prospectivos, los sesgos y limitaciones son menores que en otros diseños de estudios epidemiológicos (encuestas, caso-control, cohorte retrospectiva), pero mayores que en los ensayos clínicos controlados–. Sin embargo, este último tipo de diseño no se puede realizar por cuestiones éticas, siendo el de cohortes prospectivas el más indicado para este tipo de estudio.
El artículo ayuda a reforzar la evidencia disponible sobre el efecto dañino del consumo excesivo de alcohol. Debe entenderse que estos resultados no deben animar al consumo, sino desalentar el abuso de bebidas alcohólicas. En relación al consumo bajo o moderado, se mantienen las controversias, aunque otros autores y estudios avalan que cualquier consumo podría ser de riesgo para la salud.
Alcohol mortalidad - Rosario Ortolá
Rosario Ortolá
Investigadora del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Madrid y miembro de CIBERESP
Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis que analiza conjuntamente datos de un gran número de estudios para averiguar los efectos del consumo de distintas cantidades de alcohol sobre el riesgo de muerte. Sigue las recomendaciones metodológicas relevantes, por lo que podemos considerarlo de buena calidad.
Actualmente no hay dudas de que beber en exceso es claramente perjudicial para la salud, pero sigue habiendo controversia sobre los efectos del consumo moderado, aunque cada vez van apareciendo estudios con metodologías más rigurosas que no observan ningún beneficio del consumo de pequeñas cantidades. Los resultados de este estudio irían en esta línea, puesto que no encuentran un menor riesgo de muerte para consumo bajo o moderado, pero sí un mayor riesgo para consumo elevado. Además, en mujeres el riesgo empieza a aumentar con cantidades más bajas de alcohol, algo que ya se conoce y se refleja en unos límites de riesgo establecidos más bajos para mujeres que para hombres. Los resultados se podrían aplicar perfectamente a nuestro entorno, puesto que el trabajo incluye numerosos estudios realizados en varios países, incluido el nuestro.
Como limitaciones del trabajo están los posibles errores en las cantidades que los participantes dicen que toman, y en la clasificación de los no bebedores, puesto que en algunos estudios es difícil saber si realmente nunca han bebido o han dejado de beber por problemas de salud.
A raíz de este trabajo, no debería recomendarse el consumo de alcohol para mejorar la salud, ni siquiera de pequeñas cantidades, y tener claro que, si se bebe, cuanto menos mejor.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Revisión sistemática
- Metaanálisis
Jinhui Zhao et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Revisión sistemática
- Metaanálisis