Amaia Bacigalupe
Profesora de Sociología e investigadora principal del Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico-OPIK de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
El estudio tiene un diseño adecuado para su pregunta de investigación. Comprar la evolución del interés sobre el lorazepam con otros dos ansiolíticos [alprazolam y clonazepam] le aporta validez metodológica al estudio, ya que puede sostener con más fuerza que The White Lotus tuvo un efecto solo sobre las búsquedas en Google relacionadas con lorazepam y no con otros medicamentos, lo que refuerza su hipótesis.
Entender las causas de este fenómeno (y, por tanto, cómo encaja con la evidencia existente) requiere de contextualizar los hallazgos empíricos en varios conceptos o perspectivas:
- La medicalización de la vida cotidiana, que se define como el proceso por el cual un problema social (en este caso incapacidad de establecer relaciones sociales o insomnio), se define con léxico médico (ansiedad, depresión, TDA), se interpreta su origen desde un marco biomédico (no se atienden a causas sociales, sino a una vulnerabilidad individual) o se trata con una intervención médica (prescripción de ansiolíticos o antidepresivos) (Conrad, 2007).
- La perspectiva de género nos ayuda a entender que los procesos de medicalización son especialmente frecuentes o intensos en las mujeres porque sus sufrimientos relacionados con la vida cotidiana (¿qué trayectoria vital ha tenido Victoria como mujer en EE. UU.?; ¿A qué desigualdades de género se ha tenido que enfrentar?) tienden a ser definidos en términos psiquiátricos (y por tanto farmacologizados) con mayor frecuencia en ellas.
En España probablemente no se vería tal cambio, porque la accesibilidad al sistema sanitario público seguramente facilitará que muchas dudas relacionadas con temas de salud o prescripciones de fármacos se hagan en una consulta médica de atención primaria, con lo que la necesidad de resolución de dudas se hará mucho menos frecuentemente en internet. El sistema fundamentalmente privado en EE. UU. fomentará el uso de otros medios, con consecuencias, probablemente, de mayor autodiagnóstico y consumos no prescritos.
Es complejo atajar este tema, porque la psicoterapeutización de la vida está generando un nuevo marco cultural a muchos niveles, no solo de la industria audiovisual. En todo caso, y viendo el efecto inmediato que la normalización y romantización del consumo en los medios puede tener en los hábitos de vida de la población, efectivamente habría que establecer regulaciones que, como ha ocurrido en otros ámbitos de la salud pública (imágenes de consumidores de tabaco, publicidad sobre alcohol, etc.) puedan desincentivar el consumo de psicofármacos.