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Antonio J. Osuna Mascaró

Investigador posdoctoral en el Messerli Research Institute de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria), especialista en cognición animal

A mi parecer, es un estudio fascinante y una muestra más del reciente avance en nuestra comprensión de la comunicación en otras especies gracias al uso del machine learning.  

Sabemos muy poco de la comunicación en otras especies y esto (entre otros motivos) se debe a que no somos sensibles a las múltiples sutilezas que las vocalizaciones de otras especies pueden contener. Simplemente se escapan de nuestras capacidades. Por eso el machine learning está resultando tan importante: nos permite destacar diferencias y parecidos que, de otro modo, jamás seríamos capaces de distinguir.  

En este caso tenemos un descubrimiento sorprendente y es que, pese a que nos separan cerca de 100 millones de años, los elefantes emplean algo parecido a los nombres por los que nosotros nos reconocemos en la sociedad. Ya conocíamos algo como esto en otras especies profundamente sociales y capaces de aprendizaje vocal, como son los delfines y los loros, pero los elefantes usan estos ‘nombres’ de forma más cercana a como lo hacemos nosotros.  

Los delfines utilizan silbidos con una ‘firma’ especial y los loros emplean lo que se conoce como ‘llamadas de contacto’ (que a nuestro oído suelen sonar como un grito desgarrado). Ambos tienen funciones parecidas a nuestros nombres, pero también importantes diferencias. Tanto los delfines como los loros repiten su propio ‘nombre’ al comunicarse y este se convierte de alguna forma en su sello de identidad. De esta forma, cuando un individuo quiere atraer la atención de otro, lo que hace es imitar el ‘nombre’ que este otro utiliza en sus mensajes. De esta forma, sí, tienen una función similar a nuestros nombres, pero también están basados en la imitación de los sonidos de otros.  

En cambio, los elefantes parecen estar haciendo algo diferente y más parecido a lo que hacemos los humanos. Las vocalizaciones que los elefantes utilizan para referirse a otro individuo no se basan en la imitación de las vocalizaciones de ese otro elefante; son sonidos que pueden considerarse arbitrarios. Hacen referencia a ese individuo y a nadie más, pero son invenciones que, según los autores, tienen una función simbólica similar a la que tiene cualquiera de nuestros nombres humanos.  

Los autores han podido demostrar que los elefantes atienden y responden (ya sea vocalizando, acercándose o ambas cosas a la vez) a estas vocalizaciones referidas a ellos y únicamente a ellos. Además, el análisis de estas vocalizaciones ha dejado algunos interrogantes muy interesantes, pues no queda claro del todo si los elefantes de una misma familia llaman de una misma forma a cada uno de los miembros de la familia o si cada elefante puede llegar a tener varios ‘nombres’ diferentes. También queda por conocer qué otra información pueden contener estos mensajes, si pueden referirse a individuos que no están presentes, y otros aspectos interesantes como el origen de estos ‘nombres’. Tenemos buenas pistas para apoyar su naturaleza simbólica, ¿pero quién los inventa? ¿y en qué momento lo hacen? En los delfines y en los loros los ‘nombres’ de cada individuo son sonidos modificados de aquellos que usan en su familia, pero aquí no parece que este sea el caso.  

En definitiva, este es un descubrimiento sumamente interesante que, como no podía ser de otra manera en un campo en el que nos queda tanto por saber, deja más preguntas abiertas de las respuestas nos da y eso es fascinante. 

ES