Asunción García
Investigadora senior en el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón y miembro del CIBER en enfermedades hepáticas y digestivas (CIBERehd)
El cáncer gástrico es una patología compleja que representa una gran carga para la salud global. A pesar de una disminución en su incidencia en la mayoría de los países industrializados, el cáncer gástrico sigue siendo el quinto cáncer más común y la quinta causa más frecuente de muertes por cáncer en todo el mundo. Esta neoplasia presenta grandes diferencias geográficas, con tasas relativamente bajas en la mayoría de los países occidentales, incluidos los Estados Unidos, y tasas altas en Asia Oriental (Japón, Corea y China), así como en ciertas áreas de América Central y del Sur. Esta variabilidad en la incidencia del cáncer gástrico se debe a interacciones complejas entre factores ambientales y del huésped. Entre ellos, la infección por Helicobacter pylori ha sido identificada como la causa más común de cáncer gástrico y, en este contexto, fue clasificada en 1994 como carcinógeno de clase I por la Organización Mundial de la Salud. Este organismo, que coloniza a más de la mitad de la población mundial, induce inicialmente gastritis superficial crónica en la mayoría de las personas infectadas, iniciando un proceso que en ciertos individuos puede derivar en cáncer gástrico.
Este estudio de Park et al., publicado en Nature Medicine, cuantifica por primera vez la carga futura del cáncer gástrico entre individuos nacidos entre 2008 y 2017, asumiendo que no se producen cambios en las prácticas actuales de prevención del cáncer gástrico. Según los autores, 15,6 millones de personas en 185 países serán diagnosticadas con cáncer gástrico a lo largo de su vida y, de forma interesante, el 76 % de esos casos podrían atribuirse a la infección por Helicobacter pylori. Se trata de un estudio exhaustivo basado en tasas nacionales de incidencia por edad reportadas en GLOBOCAN 2022 y tasas de mortalidad específicas por cohorte reportadas por las proyecciones demográficas de las Naciones Unidas. Sus resultados destacan a Asia como el principal contribuyente a la carga estimada de cáncer gástrico (10,6 millones de casos), seguida por las Américas (2 millones de casos) y África (1,7 millones de casos). Cabe destacar que gran parte de la carga global del cáncer gástrico sigue ocurriendo en países de muy alta o alta incidencia en Asia Oriental, principalmente en China, debido a sus poblaciones grandes y envejecidas. Sin embargo, las proyecciones también sugieren que en áreas de incidencia relativamente baja, como África, la incidencia de cáncer gástrico podría ser al menos seis veces mayor que las estimaciones de 2022. Se asume que estos casos atribuibles a Helicobacter pylori son potencialmente prevenibles mediante la implementación de programas de cribado y tratamiento de Helicobacter pylori a nivel poblacional. En este contexto, Park y sus coautores estiman que la implementación de estrategias de cribado y tratamiento de Helicobacter pylori a nivel poblacional reducirá hasta en un 75 % el número esperado de casos de cáncer gástrico. No obstante, ha habido pocos intentos de implementar tales programas poblacionales incluso en áreas de alto riesgo, aunque varios países europeos han iniciado recientemente estudios piloto como parte del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer.
Los autores destacan el hecho de que el cáncer gástrico seguirá siendo un importante problema de salud pública a nivel mundial durante las próximas décadas y hacen un llamamiento a una mayor inversión en su prevención, principalmente mediante programas de cribado y tratamiento de Helicobacter pylori a nivel poblacional. Sin embargo, y a pesar del vínculo bien documentado entre Helicobacter pylori y el cáncer gástrico, aún es motivo de especulación por qué solo una minoría (<1 %) de los individuos infectados con la bacteria desarrolla una malignidad gástrica, lo que sugiere que factores distintos a la infección bacteriana participan en el proceso de carcinogénesis. De hecho, los estudios epidemiológicos indican que aproximadamente el 30 % de los casos de cáncer gástrico se atribuyen a otros factores de riesgo modificables, como el consumo de alcohol, el tabaquismo, la obesidad y la actividad física insuficiente. Además, existe evidencia acumulada de que la susceptibilidad genética desempeña un papel importante en el desarrollo de la enfermedad. Por lo tanto, los nuevos programas y estrategias desarrollados para mitigar la creciente carga del cáncer gástrico deben considerar todos los factores de riesgo potenciales involucrados en una patología tan compleja como el cáncer gástrico.