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Cristina Carrasco Romero

Profesora sustituta e investigadora del departamento de Fisiología en la facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Extremadura

Como en otros seres vivos, nuestro organismo se coordina mediante un reloj central que responde principalmente al ciclo luz-oscuridad, regulando así nuestro comportamiento. Sin embargo, en el ámbito reproductivo, y a diferencia de lo observado en muchas especies animales, todavía existe controversia sobre la influencia de la luna en el ciclo menstrual. 

En este nuevo estudio longitudinal publicado en la prestigiosa revista científica Science Advances, el equipo liderado por la doctora Charlotte Helfrich-Förster analiza más de 170 registros menstruales de mujeres de distintas nacionalidades, recogidos entre 1950 y 2024, para explorar su relación con los ciclos lunares, establecidos en función de la luminiscencia o del efecto gravitacional del satélite. Los resultados muestran cierta sincronía entre la menstruación y las fases de luna llena y luna nueva, especialmente antes de 2010. A partir de esa fecha, esta asociación parece debilitarse, lo que los autores relacionan con la creciente exposición a la luz LED, proveniente tanto de núcleos urbanos como de pantallas electrónicas. Por el contrario, el análisis revela que la influencia de los ciclos lunares gravitacionales parece mantenerse, siendo esta más acentuada en el mes de enero por la cercanía de la Tierra y la Luna con el Sol. 

La publicación se apoya en datos y métodos sólidos, ampliando así investigaciones previas sobre este fenómeno y respaldando, además, la existencia de mecanismos reguladores del ciclo menstrual desconocidos hasta la fecha, tal y como se apuntaba en otro interesante artículo publicado en la misma revista el pasado mes de abril. Cabe matizar que se trata de correlaciones, no de una relación causal demostrada, debido a la complejidad del fenómeno, por lo que el hallazgo podría no ser generalizable a todas las mujeres. En cualquier caso, esta investigación viene a consolidar un campo de estudio interesante que merece ser explorado en los próximos años. 

Desde la perspectiva de la cronobiología, esta investigación enfatiza la importancia de los factores ambientales, como la exposición a la luz artificial nocturna, en la regulación de la fisiología reproductiva. Más allá de la curiosidad científica que despierta la relación entre la luna y el ciclo menstrual, los hallazgos invitan a reflexionar sobre cómo los cambios en nuestro estilo de vida moderno pueden modular ritmos biológicos fundamentales. Fomentar hábitos que respeten los ritmos circadianos, como una adecuada higiene del sueño y una reducción de la exposición a la luz nocturna, es esencial para la promoción de la salud integral. 

ES