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Cristina Montiel Molina

Catedrática de Análisis Geográfico Regional y directora del Grupo de Investigación 'Geografía, Política y Socioeconomía Forestal'

Las olas de calor y los grandes incendios han existido siempre, pero ni las olas de calor han sido tan frecuentes ni los incendios han sido tan intensos y desproporcionados. Ya no se trata de situaciones meteorológicas puntuales de carácter extremo. El cambio climático provoca olas de calor más intensas en momentos y lugares insólitos. Y las características del paisaje actual provocan también incendios diferentes, más rápidos, violentos y completamente fuera de capacidad de extinción.

Desde mediados del siglo pasado está cambiando aceleradamente el régimen de incendios (frecuencia, intensidad y superficie media) pero, sobre todo, está cambiando el contexto socioespacial en el que se producen ahora (simultaneidad, incertidumbre y vulnerabilidad de la población). La "pirotransición" o cambio brusco del comportamiento del fuego fue consecuencia de la desestabilización del paisaje debido a la sustitución del combustible vegetal (leñas) por el combustible fósil (derivados del petróleo), que acompañó al crecimiento urbano y al proceso de industrialización del país. El cambio climático ha provocado nuevas condiciones de riesgo. El problema al que nos enfrentamos hoy es diferente y exige también políticas diferentes.

ES