Diego Romero
Profesor titular en el Área de Toxicología de la facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia
La presencia del mercurio en el medio marino ha preocupado a científicos, administraciones y consumidores desde hace décadas. Muchos son los estudios que muestran las concentraciones en diferentes especies marinas y regiones del mundo, con el ánimo de alertar sobre la salud de los ecosistemas marinos y la exposición del ser humano a través de productos del mar.
El estudio de Médieu y colaboradores muestra la evolución de la concentración de mercurio en algunas especies de túnidos en más de cinco décadas. Es un trabajo sólido que ha implicado la revisión de numerosas investigaciones previas y, como conclusión, llama a las autoridades a tomar medidas para continuar disminuyendo las concentraciones de mercurio en los organismos marinos. De conseguirse, esa disminución contribuirá sin duda a mejorar la salud de los ecosistemas y la del ser humano.
Una de las reflexiones más importantes que se pueden leer en el artículo hace referencia a los cambios futuros en el clima, ya que como consecuencia de esto se puede modificar la cinética del metilmercurio en las redes tróficas. Por ello es imprescindible continuar estudiando las características hidrodinámicas y las concentraciones de mercurio en atunes y otras especies de peces, pero no solo a nivel muscular, sino en todos los tejidos, para poder conocer la bioacumulación y biomagnificación en tejidos y órganos importantes como el hígado, el riñón o el cerebro.
España es un importante país en la acuicultura del atún rojo del Atlántico (Thunnus thynnus), una especie migradora pero que se cultiva en granjas (fattening), y sobre la que se ha conseguido el cierre del ciclo biológico en jaulas marinas y en tanques terrestres. Por este motivo, los esfuerzos en investigar la importancia del mercurio en esta especie se hacen ahora más necesarios.