Federico Martinón-Torres
Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago. Coordinador del Centro Colaborador de la OMS en Seguridad Vacunal de Santiago de Compostela y miembro del comité asesor de vacunas OMS-Europa
El VRS en lactantes es el equivalente a la covid-19 en las personas de edad avanzada. No es en absoluto nuevo para los pediatras, puesto que es la causa más frecuente de hospitalización en el lactante y una de las patologías más prevalentes en la atención pediátrica.
Este trabajo de un equipo liderado por un brillante colega, Harish Nair, de la Universidad de Edimburgo, actualiza los previos que ya han publicado sobre la dimensión global de esta patología. Esta actualización estima en 100.000 los niños de menos de 5 años que mueren cada año por VRS.
Como siempre, el 97 % de estos casos son en países con recursos limitados. Y casi tres de cada cuatro fallecimientos se producen fuera del hospital, lo que da idea del drama que supone en estos países.
El VRS en lactantes es el equivalente a la covid-19 en las personas de edad avanzada
En nuestro entorno esta patología se traduce en una mortalidad no despreciable y en una cantidad ingente de hospitalizaciones. De los tres millones y medio de hospitalizaciones por esta patología una parte significativa se produce en países como el nuestro. La gran mayoría de estas infecciones se producen en niños por lo demás sanos, sin factores de riesgo identificables.
La verdadera manera de atajar este problema de salud global es a través de la prevención. Esto no era posible hasta ahora, pero es previsible que en un plazo corto de tiempo dispongamos de alternativas que lo permitan. Los datos apuntan a que los anticuerpos monoclonales de última generación funcionan muy bien (previenen tres de cada cuatro casos de infección por VRS que necesitan atención médica).
También se están desarrollando vacunas para embarazadas, de manera que, como hacemos con la tosferina, vacunando a la madre se pueda proteger al recién nacido. El periodo en que se acumula el mayor número de casos es precisamente en menores de seis meses. Ese es el periodo de máximo riesgo que queremos bloquear esta patología.
Hay que incorporar las nuevas modalidades de prevención en cuanto sea posible
En conclusión, es un problema global de salud muy importante que los pediatras conocemos desde hace mucho tiempo. Este trabajo lo dimensiona y actualiza, diciéndonos que es un problema de todos y que las autoridades sanitarias deben vigilar activamente este patógeno, cosa que no se está haciendo todavía en nuestro país.
También nos recuerda que hay que incorporar las nuevas modalidades de prevención en cuanto sea posible, primero para los lactantes más pequeños y teniendo en cuenta que cualquiera puede infectarse por este virus.
La infección condiciona la necesidad de atención médica y hospitalización en un porcentaje elevado de casos, especialmente en los lactantes más pequeños, pero además provoca secuelas en el pulmón y puede provocar incluso el fallecimiento, por lo que es, insisto, una patología tremendamente grave, que debemos vigilar, detectar y en cuanto sea posible, prevenir.