Javier Sánchez Perona
Científico titular del Instituto de la Grasa-CSIC
Hace poco más de una década que sabemos que los alimentos ultraprocesados se relacionan con diversas enfermedades cuyo número va creciendo a medida que aumenta el conocimiento científico. Sin embargo, existe muy poca información disponible que pueda establecer relaciones de causa y efecto entre el consumo de estos productos y el desarrollo de las enfermedades. Tampoco tenemos suficiente información sobre los mecanismos implicados.
La clasificación NOVA es la más empleada para definir los alimentos ultraprocesados, en concreto, en el grupo NOVA4. De entre las características que tienen estos productos, se encuentra el uso de aditivos que favorezcan su consumo, como pueden ser aromas, colorantes, potenciadores del sabor y emulsionantes, entre otros.
En este estudio, investigadores del IDIBAPS de Barcelona (España) encontraron que los ratones cuyas madres consumieron emulsionantes mostraron un mayor riesgo de problemas metabólicos, cognitivos y psicológicos en la descendencia, especialmente en los machos. Los resultados indican que el consumo de emulsionantes por parte de las madres podría perturbar el desarrollo de circuitos neuronales en el hipotálamo de la descendencia, una región que regula el metabolismo.
El estudio es importante porque contribuye al conocimiento de los componentes de los alimentos ultraprocesados que pueden contribuir a sus efectos negativos sobre la salud. Sin embargo, hay que tener algunas precauciones al interpretarlo.
En primer lugar, se trata de un estudio llevado a cabo en ratones, por lo que sus conclusiones no pueden ser extrapoladas a humanos. Es decir, no podemos afirmar que el consumo de emulsionantes por humanos tenga las mismas consecuencias que se muestran en el estudio.
En segundo lugar, los emulsionantes se administraron a los animales en el agua de bebida y no en forma de un alimento ultraprocesado.
En tercer lugar, existen muchos tipos de emulsionantes, pero los investigadores solo probaron dos de ellos: carboximetil celulosa sódica y poli-sorbato 80. Es posible que otros emulsionantes ‘más naturales’, como la lecitina, la goma de guar o los glicéridos parciales tuvieran efectos diferentes.
En cuarto lugar, los emulsionantes se añadieron al agua de bebida de los ratones al 1 %, lo que es una dosis bastante alta.
Como puede verse, este tipo de estudios tienen algunas limitaciones en cuanto a diseño. Esto es habitual en estudios preclínicos porque el interés se centra en encontrar algún efecto observable que sirva como inicio de investigaciones futuras.
Por otra parte, es necesario subrayar que las investigaciones con alimentos ultraprocesados en humanos son muy complejas por muchos motivos, uno de los cuales es el ético. Dado que existe información suficiente que relaciona el consumo de alimentos ultraprocesados con la salud, puede considerarse que no es ético administrar una dieta rica en este tipo de alimentos a un grupo de sujetos para un estudio. Ese es uno de los motivos por los cuales existen tan pocos ensayos clínicos que hayan evaluado el efecto de los alimentos ultraprocesados en humanos.
Por tanto, aunque la relación entre alimentos ultraprocesados y enfermedades es conocida, la ciencia todavía no ha podido demostrar una conexión clara de causa y efecto, así como una información detallada sobre los mecanismos involucrados. Este estudio en ratones ofrece información importante para comprender los componentes específicos de estos alimentos que pueden tener efectos adversos en la salud. Sin embargo, se debe considerar con cautela debido a las limitaciones metodológicas.