Jesús Mª Aizpurua Iparraguirre
Catedrático de Química Orgánica de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
Con el descubrimiento a comienzos del siglo de una metodología catalítica para acoplar azidas y alquinos en condiciones suaves, sencillas de ejecutar y fáciles de escalar, Morten Meldal y Barry Sharpless establecieron las bases de lo que Sharpless bautizó como “química click”. Fue precisamente esta idea de “lego molecular”, asequible a los inexpertos en síntesis, lo que propició una expansión imparable de la metodología más allá de la química orgánica, contribuyendo al avance de áreas de conocimiento como la química médica, la bioquímica, la ciencia de materiales, la nanotecnología, etc. Además, tras la contribución pionera de Meldal y Sharpless, el concepto de "química click" se ha extendido a más de una docena de reacciones orgánicas que siguen enriqueciendo el arsenal de instrumentos moleculares útiles y prácticos para la comunidad científica.
Por su parte, Carolyn Bertozzi extrapoló de manera elegante la sencillez de la "química click" a la complejidad de los medios biológicos. Empleando alquinos tensionados y eliminando los catalizadores metálicos necesarios para las reacciones de Meldal y Sharpless, llevó a cabo por vez primera reacciones químicas capaces de enlazar covalentemente células, marcadores fluorescentes, anticuerpos monoclonales, nanopartículas o agentes terapéuticos. Esta aproximación ha supuesto una auténtica revolución no solo para el avance de la investigación biomédica, sino también para el desarrollo de nuevos fármacos. El premio Nobel de este año supone el reconocimiento de la química sencilla, pero eficaz.