Autor/es reacciones

Jorge Hernández Bernal

Investigador en el Laboratoire de Météorologie Dynamique, Sorbonne Université, CNRS (Francia)

Todos los días cae basura espacial a la Tierra, pero los fragmentos pequeños se desintegran en la atmósfera y los grandes suelen dirigirse de forma controlada sobre el océano Pacífico, donde el riesgo es muy bajo. Es una irresponsabilidad del programa espacial chino dejar caer de forma incontrolada la etapa principal de su cohete Larga Marcha CZ-5B, de unas 20 toneladas. Este es el cuarto lanzamiento de este cohete, que se está utilizando para lanzar los módulos de la nueva Estación Espacial China. El primer lanzamiento, en 2020, acabó con algunas piezas del cohete impactando en Costa de Marfil.  

Esta mañana nos levantábamos con la predicción de que, tras este cuarto lanzamiento, la etapa principal podría caer sobre algunos países mediterráneos, incluyendo el norte de España. Aunque la probabilidad de que los restos impacten a un avión son bajos, parece razonable restringir el tráfico aéreo como se ha hecho, ya que un impacto como este sobre un avión sería probablemente fatal para todos sus pasajeros, y previsiblemente eso abriría un conflicto internacional sin precedentes. Según la fuerza espacial del ejército de Estados Unidos, la reentrada ha ocurrido finalmente sobre el océano Pacífico.  

Las actividades espaciales tienen mucho que ver con lo que ocurre en la Tierra, por eso es necesaria la reflexión colectiva y el desarrollo de una Ética Espacial que lugar a un Derecho Espacial bien fundamentado. En esta reflexión no debemos ver sólo “la paja en el ojo ajeno”, ni dejarnos guiar por la propaganda de grandes potencias y empresas. China está haciendo algunas cosas de forma irresponsable, Estados Unidos, y compañías como SpaceX, también.  

Las actividades espaciales son cosa de toda la humanidad y, si queremos evitar el desastre, necesitamos un multilateralismo que últimamente destaca por su ausencia. La grave situación de crisis climática, energética, y ecológica es el máximo exponente de cómo esta falta de multilateralismo se está convirtiendo en un “suicidio colectivo”. En unos días comenzará una nueva cumbre del clima en Egipto. Hablemos claro: mientras los líderes mundiales no hacen nada, el tiempo se acaba.

ES