Jorge Mira Pérez
Catedrático del área de Electromagnetismo en el departamento de Física Aplicada de la facultad de Física de la Universidad de Santiago de Compostela
Para mí, un denominador común en muchos de estos estudios que abogan por la eliminación del cambio estacional de hora en países fuera de la zona tropical es que parecen tener carencias en la comprensión de los fundamentos del cambio estacional de hora.
Y me explico: en las zonas tropicales el sol sale y se pone a unas horas que varían poco a lo largo del año. Esos países no tienen horario de invierno y horario de verano, no hacen cambio estacional de hora simplemente porque no tienen estaciones.
Pero fuera de esas zonas ya no es así, tenemos estaciones: por ejemplo, a la latitud de España (que coincide con la de la franja norte de los EE.UU.) el sol sale tres horas más tarde en diciembre que en junio, y se pone tres horas antes en diciembre que en junio. O sea, el día es seis horas (o más) largo en junio que en diciembre.
Por lo tanto, no se puede ir a piñón fijo con la hora como en los países tropicales. Si por ejemplo en España o gran parte de EE.UU. bloqueas la hora oficial en el horario de invierno, en los meses centrales del año te va a amanecer muy temprano, y la activación de las personas promedio se desfasará y tendrá lugar cuando el sol ya muy alto en el horizonte. Ocurre lo inverso si bloques la hora oficial en el horario de verano.
Y, por último, dos objeciones más:
- Sobre la parte cuantitativa: los autores están teorizando variaciones que, en muchos casos, ¡serían menores de un 1%! (en muchos de estos estudios, los supuestos datos cuantitativos de beneficio que se proclaman son menores que la barra de error de los datos). Con José María Martín Olalla publiqué hace tiempo este trabajo en el que acotábamos cuantitativamente los márgenes en los que se podrían mover algunos de los ítems como los que estudian en ese trabajo, que son más bajitos de lo que se piensa.
- Los autores hablan de eliminar el cambio estacional de hora para obtener mínimas variaciones, sin tener en cuenta cuál sería la reacción social y las consecuencias de esa medida (por ejemplo, que muchas personas podrían verse forzadas a cambiar sus horarios para adaptarse al hecho de que viven en una zona con estaciones). Por poner un ejemplo gráfico muy exagerado: es como si alguien te dice que la solución para acabar con las caries es arrancarle los dientes a la población.