José Manuel Fernández-Real
Jefe del grupo de Nutrición, Eumetabolismo y Salud del IDIBGI y del CIBEROBN, catedrático de Medicina de la Universidad de Girona y jefe de Sección de Endocrinología del Hospital Dr. Josep Trueta
En los dos estudios se analizan relativamente grandes poblaciones de sujetos, y esto es una de sus principales fortalezas. En uno de ellos, con población multiétnica, lo que ayuda a analizar la consistencia de las observaciones en diferentes poblaciones.
La principal limitación de estos dos estudios es que solo caracterizan el ecosistema bacteriano analizando 16S (una porción muy reducida del genoma bacteriano que es altamente variable y sirve para atribuir la taxonomía) en lugar de realizar shotgun, que secuencia todo el ADN bacteriano. De esta forma solo pueden describir familias o, a lo sumo, géneros de bacterias asociados a síntomas depresivos. No especies bacterianas.
Cada vez cobra más importancia conocer la funcionalidad de las bacterias, más que el nombre de las mismas. Diferentes bacterias, llámense como se llamen, pueden compartir una funcionalidad y eso es lo que importa a la hora de inferir su metabolismo. Se echa en falta el análisis de esta funcionalidad.