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Kate Hendry

Investigadora del equipo de Océanos Polares del British Antarctic Survey

Si queremos cumplir con los objetivos climáticos, obviamente debemos ponernos de acuerdo a nivel internacional sobre cuáles serán esos objetivos. Para lograr esto, necesitamos una definición sólida y consensuada de la línea de base preindustrial con respecto a la cual se medirán todas las anomalías de temperatura. Este artículo intenta hacer precisamente eso, al proporcionar un registro de temperatura de alta resolución a partir de esqueletos de esponjas recopilados en una región que podría considerarse reflejo del cambio global. Estos archivos revelan que la tendencia actual de calentamiento podría haber comenzado antes y ya haber alcanzado 2 °C por encima de los niveles preindustriales, un punto de referencia potencialmente significativo según los objetivos climáticos de la ONU. 

Sin embargo, debemos tener en cuenta algunas complejidades importantes en torno al uso de la química de los esqueletos de esponjas como archivos de cambios oceánicos pasados. Necesitamos saber mucho más sobre cómo estos animales forman sus esqueletos y cómo exactamente su química se relaciona con las temperaturas ambientales, algo que aún no comprendemos bien. Necesitamos una comprensión mejor de estos indicadores antes de poder utilizarlos para hacer afirmaciones importantes sobre el estado del clima con confianza. 

Este estudio calibra su archivo de temperatura comparando la química de las esponjas con registros de temperatura de la superficie del mar (SST) de la última parte del siglo XX, y encuentran una sensibilidad a la temperatura mucho mayor que estudios anteriores. Aunque esta sensibilidad podría ser muy útil al construir archivos de anomalías de SST, realmente necesitamos profundizar más para entenderla mejor. La calibración aquí solo abarca una parte de las anomalías de temperatura desde los tiempos preindustriales; es muy importante saber cómo funciona el indicador químico en un rango más amplio. Experimentos con esponjas cultivadas en condiciones de temperatura controlada podrían ser muy útiles en este sentido, aunque difíciles dadas sus tasas de crecimiento lentas, así como más estudios de campo. 

Claramente, hay más que necesitamos saber sobre estos archivos de esponjas y necesitamos más registros climáticos de alta resolución de más ubicaciones para construir una imagen global sólida. Sin embargo, la importancia de este artículo radica en que nos hace plantear la pregunta: ¿Y si el planeta ya se ha calentado más de lo que pensábamos?

ES