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Michael Baker

Profesor del departamento de Salud Pública en la Universidad de Otago en Wellington (Nueva Zelanda)

Estoy de acuerdo con el primer mensaje de este artículo, que es que necesitamos estudios bien diseñados para proporcionar una medida válida de los efectos a largo plazo de la infección aguda por covid-19 (covid persistente). 

Estos estudios necesitan definiciones de casos sólidas, una duración adecuada de seguimiento y grupos de comparación adecuados. Ya que la pandemia ha estado con nosotros durante más de tres años, deberíamos esperar este tipo de estudios de alta calidad. En última instancia, estos estudios deberían proporcionarnos evidencia consistente sobre aspectos clave de la epidemiología de la covid persistente, incluida su prevalencia, gravedad y duración. La literatura publicada todavía no nos está proporcionando esta imagen clara y consistente. 

El segundo mensaje de este artículo parece ser que hay un riesgo insignificante de covid persistente, basado en la selección de los documentos que han citado. Ese mensaje es preocupante y no concuerda con la evidencia científica convencional ni con la experiencia de la gran población de personas que viven con covid persistente y los médicos que los cuidan. Ahora hay evidencia abrumadora de que el SARS-CoV-2 conlleva un riesgo significativo de efectos a largo plazo. Esta evidencia no proviene solo de estudios epidemiológicos, sino también de estudios que examinan los cambios patológicos graves y duraderos que ocurren después de la infección por el SARS-CoV-2. 

Incluso si el riesgo de covid persistente a partir de una sola infección es ahora relativamente bajo con las subvariantes de ómicron y con la vacunación afortunadamente reduciéndolo aún más, sigue siendo un problema grave que debemos gestionar. La covid-19 ha infectado a la mayoría de la población mundial y sigue causando múltiples reinfecciones en muchos casos. En consecuencia, el impacto a nivel de la población es grande y sigue creciendo. También existe la posibilidad de que algunos de los efectos a largo plazo de la infección con este virus puedan tardar años en manifestarse, como hemos visto con otras infecciones virales. 

Una característica notable de este artículo daña gravemente su credibilidad. Incluye una sección titulada 'Los estudios mejor diseñados proporcionan estimaciones tranquilizadoras'. En ella, los autores incluyen solo dos estudios para respaldar esa afirmación contundente: uno fue en niños, y en el otro informaron y comentaron el análisis de los hallazgos en personas menores de 50 años. Al hacer esta 'mini metaanálisis' altamente selectivo, están contradiciendo el mensaje central de su artículo. Este tratamiento muy sesgado del tema sugiere que estos autores tienen una opinión subyacente sobre la covid persistente, en lugar de la perspectiva basada en la evidencia que están promoviendo.  

ES