Miquel Llorente
Director del departamento de Psicología de la Universidad de Girona, profesor agregado Serra Húnter e investigador principal del grupo de investigación Comparative Minds
Jane Goodall fue una científica adelantada a su tiempo, valiente e incluso incomprendida en sus inicios, que rompió moldes y redefinió lo que significa acercarse a los animales con respeto y empatía. Lo que ahora aceptamos como evidencia científica era entonces revolucionario: observaciones detalladas, paciencia infinita y un enfoque profundamente humano que humanizó a los chimpancés y nos conectó, a su vez, con nuestro lado más animal. Además, fue una verdadera pionera en el papel de la mujer en la ciencia, demostrando con su ejemplo que la pasión, la dedicación y la rigurosidad no conocen fronteras de género. Su curiosidad incansable, su rigor y su humilde pasión transformaron la primatología y la manera en que entendemos la vida que nos rodea, acercando la ciencia a las personas y, al mismo tiempo, construyendo un legado de conservación y sostenibilidad, granito a granito, paso a paso.
Todos los que tuvimos la fortuna de conocerla, convivir con ella o escucharla fuimos tocados por su inspiración casi mágica: una combinación de humildad, fuerza interior y autenticidad que continúa guiando a investigadores, divulgadores y amantes de la naturaleza en todo el mundo. Jane Goodall deja un legado que no depende de una sola persona, sino de miles de semillas que siguen su ejemplo. Su influencia seguirá marcando un antes y un después en la ciencia, en la conservación, en la justicia social y en la igualdad de oportunidades para las mujeres en la investigación.