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Pablo Haya Coll

Investigador del Laboratorio de Lingüística Informática de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y director del área de Business & Language Analytics (BLA) del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC)

El deterioro del lenguaje es un importante biomarcador de trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer. La línea de investigación donde se ubica el artículo propone el uso de técnicas del procesamiento del lenguaje natural (PLN) para la detección precoz de la enfermedad de Alzheimer a través del habla. Los autores emplean un clasificador basado en modelos de lenguaje, en concreto GPT-3, que determina si una persona está desarrollando esta enfermedad y en qué grado, a partir del texto extraído de una locución. El clasificador se ha validado empleando locuciones reales de personas sanas y con alzhéimer. Los resultados reflejan una nueva evidencia de la superioridad que supone incorporar modelos del lenguaje en problemas de cierta complejidad donde tiene cabida el PLN.   

Más discutible es el impacto real que pueda tener esta tecnología como prueba diagnóstica. En primer lugar, hubiera sido interesante que el artículo hubiera incluido una comparativa con los métodos que actualmente se emplean en la detección precoz de la enfermedad de Alzheimer. Solo se incluye la comparativa con otros métodos basados en PLN.  

En segundo lugar, el análisis coste-beneficio debe tener en cuenta la tasa de falsos positivos, la cual no ha sido reportada. Un uso abierto al público, como proponen los autores a través de una página web o una aplicación móvil, conllevaría que pasaran la prueba muchas más personas sanas que personas desarrollando la enfermedad de Alzheimer. Dependiendo de la tasa de falsos positivos, podría ocurrir que se diagnostiquen que están desarrollando la enfermedad muchas personas sanas. Esto supondría muy probablemente un incremento desmesurado de pruebas alternativas para verificar si los resultados son correctos.   

Finalmente, antes de que se pueda usar esta tecnología como prueba diagnóstica, tendrían que cumplir los protocolos de validación establecidos por las distintas agencias sanitarias. El estudio que presenta el artículo se correspondería con una fase muy preliminar dado el tamaño y representatividad de la muestra empleada.  

ES