Pablo Villoslada
Jefe del servicio de Neurología del Hospital del Mar (Barcelona) y director del programa de Neurociencias
Es un estudio serio, bien diseñado, con validación en modelos animales y en cohortes adicionales de pacientes con esclerosis múltiple (EM). Por tanto, los resultados son sólidos, aunque siempre requieren ser extendidos a múltiples poblaciones y países, porque la microbiota cambia mucho con la dieta, etnia y estilos de vida.
Ya ha habido múltiples estudios de microbiota en esclerosis múltiple y existe un consenso de que está alterada en las enfermedades autoinmunes como es la EM. Sin embargo, aún no hay un consenso sobre cuál es la alteración más relevante y relacionada con el desarrollo de la EM, dado que cada estudio identifica una especie de bacterias como más relevante. La implicación seria que si se identifican de forma definitiva las especies de bacterias que predisponen a la EM se podrían hacer tratamientos con antibióticos, flora intestinal e incluso dieta para prevenirla o mejorar su curso clínico.
[En cuanto a posibles limitaciones] Será necesaria una validación en poblaciones grandes de pacientes en múltiples países para que los resultados sean sólidos. Faltaría establecer la relación de estos resultados con el genotipo de cada paciente con EM y su relación con la infección latente del virus de Epstein-Barr.