Philip Seddon
Profesor del departamento de Zoología de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda)
La ‘desextinción’ del lobo gigante no es lo que parece. Colossal Biosciences, la empresa de 10.000 millones de dólares que está detrás de los esfuerzos por resucitar al mamut lanudo, al lobo marsupial y al dodo, acaba de anunciar lo que describen como la ‘desextinción’ del lobo gigante, una especie que se extinguió hace unos 10.000 años. Afirman que se trata de la primera ‘desextinción’ del mundo pero, aunque sin duda ha requerido algunos avances tecnológicos asombrosos, los simpáticos cachorros Rómulo, Remo y Khaleesi no son lobos gigantes, sino lobos grises modificados genéticamente.
Los lobos y los lobos gigantes, a pesar de la parte de lobo de sus nombres, no están estrechamente relacionados, ya que se separaron de un antepasado común hace unos 6 millones de años, y el chacal africano podría estar más estrechamente relacionado con los lobos gigantes. Los lobos gigantes pertenecen a su propio género, por lo que son una especie muy diferente. Lo que ha hecho Colossal es introducir un pequeño número de cambios en el material genético de un lobo gris para producir cachorros de lobo gris con rasgos de lobo gigante, como pelaje pálido y un tamaño potencialmente ligeramente mayor. Así pues, son lobos grises híbridos o un lobo transgénico. Los cachorros pasarán sus días en un gran recinto, alimentados a mano y vigilados de cerca.
Ciertamente, esto implica avances en tecnología genética, y estos podrían tener aplicaciones para la conservación de especies existentes, pero, ¿el regreso de los lobos gigantes? No, de la misma manera que los planes de Colossal para los mamuts lanudos y los dodos implicarán la modificación genética de especies relacionadas. Tenemos lobos transgénicos y es posible que algún día tengamos elefantes asiáticos transgénicos, pero por ahora la extinción es realmente para siempre.