Enric Prats
Profesor de Pedagogía de la Universidad de Barcelona
Tenemos un gran profesorado, comprometido, motivado y bien formado, pero el sistema no les permite desarrollar todo su potencial. Tras muchos años de desinversión, el sistema educativo ha ofrecido a los profesionales unas condiciones insuficientes para sostener este compromiso con calidad. Sin políticas específicas de desarrollo y apoyo docente es muy difícil que puedan afrontar el reto de mejorar los resultados educativos, por muy comprometidos que estén. Los sistemas educativos deberían aprovechar este alto nivel de profesionalidad para impulsar reformas estructurales que mejoren el bienestar y las condiciones de la profesión. Si no se actúa con decisión, los datos de estrés y desmotivación podrían empeorar en pocos años, como ya está ocurriendo en otros países con dificultades para atraer y retener docentes.