Rafael Matesanz
Creador y fundador de la Organización Nacional de Trasplantes
La desproporción oferta/demanda es un fenómeno universal en todo tipo de trasplantes de órganos, pero es especialmente angustiosa en el caso del hígado por ser el más demandado después del riñón y porque, a diferencia de este, carece de alternativas del tipo de la diálisis y tiene, por tanto, carácter vital. Por ello, el trasplante de hígado es hoy por hoy la única solución a todo tipo de enfermedades hepáticas en situación terminal.
La línea de investigación que plantea este artículo podría llegar a ser revolucionaria ya que, de llevarse a cabo en todos sus términos y poder aplicarse a la clínica, supondría disponer de un tratamiento eficaz para la fibrosis hepática, que es una vía final común de la mayoría de las hepatopatías. Representaría, por tanto, una solución para miles de enfermos sin acceso al trasplante.
El método supone la utilización en ratones de células iPS pluripotentes para la creación de ‘brotes hepáticos’ (liver buds) que, una vez fusionados para formar organoides son susceptibles de ser trasplantados al animal, produciendo una mejoría de la función hepática en animales con fibrosis hepática químicamente inducida. Estos organoides hepáticos muestran una fuerte capacidad regenerativa, mejoran la fibrosis gracias a la acción de los macrófagos y son capaces de desarrollar sus propias estructuras como conductos biliares y vasos sanguíneos, así como de establecer conexiones con el órgano original del animal.
Aunque con la cautela que significa ser un estudio en animales de experimentación y referirse tan solo a una forma concreta de hepatopatía experimental, esta línea de investigación, que sigue a trabajos previos del mismo equipo con una trayectoria bastante sólida, abre un camino con grandes posibilidades en la búsqueda de alternativas al trasplante y de paliar por tanto la escasez de órganos.