Stephen Chanock
Director del área de Epidemiología y Genética del Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos
Se trata de un magnífico estudio de los cambios en la genética de las poblaciones de perros del emplazamiento de Chernóbil y sus alrededores. Los autores han evaluado cuidadosamente cómo han cambiado los cambios en el parentesco bajo la presión de un entorno restringido, aquí impulsado por las zonas establecidas para contener a los animales que deambulan por regiones contaminadas por la radiación que persiste tras la deposición posterior al accidente de 1986.
Este estudio es un primer paso para evaluar cómo y de qué manera la exposición a la radiación ionizante ambiental (en este caso Cesio-137) podría afectar a las generaciones posteriores, algo que no se informó —ni se evaluó— en este estudio de variantes comunes compartidas entre perros. Se trata de un estudio importante y riguroso que sienta las bases para estudiar si la exposición continuada a la radiación podría dejar cicatrices en el genoma, una cuestión acuciante para animales y humanos.
El trabajo está bien realizado y aporta detalles fascinantes sobre poblaciones de perros sometidas a fuertes presiones. [Sin embargo] el diseño del estudio no permite explorar los cambios reales en el genoma debidos a una amplia exposición a la radiación. Es de esperar que el próximo estudio aborde esta cuestión, y es importante hacerlo en la misma población estudiada aquí para comprender mejor cómo afecta al genoma una exposición constante a la radiación ionizante ambiental.