Josep Maria Suelves
Investigador del Behavioural Design Lab en el UOC eHealth Center, vocal de la junta directiva de la Sociedad de Salud Pública de Cataluña y de Baleares y vicepresidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo
A lo largo de los últimos años se han ido introduciendo en nuestro medio nuevas presentaciones de tabaco o nicotina como los cigarrillos electrónicos, los productos de tabaco calentado o las bolsitas de nicotina para uso oral. El uso de esos nuevos productos no requiere que sean sometidos a temperaturas tan elevadas como las que se producen al fumar un cigarrillo convencional, por lo que suelen publicitarse con la promesa de generar emisiones sin combustión, contener principalmente sustancias inocuas como el vapor de agua, o suponer un riesgo para la salud hasta un 95% menor en comparación con el uso de tabaco convencional.
En el estudio que acaba de publicarse se evaluaron diferentes cambios epigenéticos en muestras procedentes de la boca, cuello de útero y sangre de personas que habían informado sobre su historia previa de uso de tabaco fumado, cigarrillos electrónicos o productos de tabaco de uso oral como el snus. Los autores constataron una mayor frecuencia de alteraciones en el ADN asociadas al desarrollo de distintas formas de cáncer en las muestras de personas fumadoras, que se atenuaban en las muestras de quienes habían dejado de fumar. También se pusieron de manifiesto cambios epigenéticos en las muestras de personas que no habían fumado, pero sí utilizado cigarrillos electrónicos o productos de tabaco de uso oral, indicativas de que el uso continuado de estos productos tiene algunos de los efectos carcinogénicos del tabaco sobre el ADN.
Aunque hacen falta más investigaciones que complementen los resultados de este estudio observacional, estos nuevos hallazgos muestran posibles efectos carcinogénicos de los cigarrillos electrónicos y complementan una reciente revisión que mostró que su uso continuado se asocia a un incremento de enfermedades cardiovasculares y enfermedad metabólica similar al que causan los cigarrillos convencionales, y a un aumento sustancial en las patologías respiratorias y orales algo inferior al que se observa entre quienes fuman exclusivamente tabaco. Se ha visto también que los daños para la salud asociados al uso dual de cigarrillos electrónicos y convencionales es todavía mayor al que causa el uso de cada uno de esos productos por separado.
La evidencia acumulada en relación a los efectos del uso de cigarrillos electrónicos sobre la salud justifica la conveniencia de reforzar el control de su publicidad, venta y consumo, con el fin de proteger a jóvenes y adolescentes, sus principales usuarios. Los cigarrillos electrónicos no son una herramienta segura para dejar de fumar o reducir los riesgos del uso de tabaco.