Andrea Teng
Investigadora sénior del departamento de Salud Pública de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda)
El aspartamo ha sido clasificado como posiblemente cancerígeno para el ser humano por la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud.
Eso significa que su seguridad en las dosis actuales no es motivo de gran preocupación y que necesitamos investigar más y mejor para comprender sus efectos. Para poner esto en contexto, las pruebas son más sólidas en el caso de los vínculos entre alcohol y cáncer, o carne roja y cáncer.
Las bebidas azucaradas son el mayor problema. Existen pruebas fehacientes de la relación entre las bebidas azucaradas y la diabetes, la caries dental y otras enfermedades crónicas, pero no han sido revisadas por la IARC.
El problema de estudiar las bebidas dietéticas que contienen aspartamo es que la gente puede estar eligiendo estos productos porque ya tienen un alto riesgo de enfermedades relacionadas con la nutrición y quieren reducir ese riesgo. Así que puede ser difícil desentrañar estos efectos.
Necesitamos medidas urgentes para mejorar nuestro entorno alimentario en Nueva Zelanda.