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Una hoja de ruta para el desarrollo sostenible del Mar Menor

Se cumple un año del último episodio de peces muertos en el Mar Menor y seis desde su colapso en 2016. En el proyecto europeo COASTAL proponemos 14 soluciones para su desarrollo sostenible y el del Campo de Cartagena, en colaboración con representantes de los sectores de la agricultura, turismo, pesca, salinas, administraciones públicas, ONG y centros de investigación.

24/08/2022 - 09:15 CEST
 
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Operarios retiran del mar los peces muertos aparecidos en las playas del Mar Menor en Murcia /© Juan Carlos Caval (EFE)

Cuando llegué a Murcia en el año 2005, viniendo de fuera, sabía que el Mar Menor era destino turístico de sol, playa y golf, además de la laguna salada más grande de Europa con gran valor ambiental. Me sorprendió, que, a pesar tener numerosas figuras de protección ambiental, mostraba claras señales de degradación, como la invasión de medusas. Compañeros en el grupo de investigación del CEBAS-CSIC, ya habían empezado a estudiar la importancia de la entrada de sedimentos y nutrientes hacia la laguna. Lo que ni siquiera podía imaginar en aquel momento, era el gran valor emocional y el arraigo cultural que tiene el Mar Menor, tanto para la gente de Murcia como los veraneantes asiduos de la zona. Lo entiendo, geográficamente es un entorno único en un enclave privilegiado.

En el 2016 fui testigo de cómo el colapso del Mar Menor y la aparición de la ‘sopa verde’ no solo resultó en un desastre ecológico, sino también afectó a la economía, el bienestar y el ánimo de la gente. Observé cómo esta situación resultó en un continuo enfrentamiento, principalmente entre los sectores de la agricultura, turismo, pesca y administraciones, convirtiendo una crisis ambiental en una crisis socioeconómica. En 2018, el proyecto COASTAL fue una oportunidad única para contribuir desde la investigación a buscar soluciones para este problema tan complejo, basadas en sinergias entre zonas rurales y costeras y entre sectores.

Codiseño de soluciones mejor informadas

En los últimos cuatro años hemos organizado un gran número de talleres y entrevistas con representantes de diferentes sectores para ayudarnos a entender mejor las interacciones entre ellos, identificar soluciones potenciales y llegar a una visión futura común de cómo sería nuestro Mar Menor y Campo de Cartagena soñado en el 2050. Este proceso de participación, diálogo y trabajo técnico han resultado en una hoja de ruta de 14 soluciones y un modelo cuantitativo que permite evaluar los impactos sobre indicadores clave de sostenibilidad a nivel ambiental, social y económico.

La hoja de ruta recoge las propuestas mencionadas por los participantes a lo largo de los talleres organizado en 4 metas y 14 soluciones.

Hoja de ruta

Además de las soluciones generales, la hoja de ruta recoge 56 propuestas prácticas, como la creación de corredores verdes conectando lugares de interés con transporte sostenible, la restauración y promoción del patrimonio cultural, la organización de actividades recreativas en humedales y salinas mediante proyectos de restauración, fomento del agroturismo y la agricultura ecológica, la implementación de cubiertas verdes entre cultivos, reducir el número de cosechas y diversificar cultivos, el fomento de la formación del sector agrícola y de turismo en relación a la agricultura y turismo sostenible.

Impactos ambientales, sociales y económicos

Cuantificar cómo las posibles soluciones afectan a diferentes sectores es crucial como base para la toma de decisiones informadas y basadas en conocimiento científico. La gran ventaja del modelo cuantitativo que desarrollamos es que permite evaluar los múltiples impactos de posibles soluciones sobre indicadores de sostenibilidad, considerando también posibles cambios en el desarrollo socioeconómico y político internacional y del cambio climático. Nuestro análisis muestra que las 14 soluciones de la hoja de ruta tienen los siguientes impactos esperados:

  • Reduce la presión sobre los recursos hídricos y la cantidad de nutrientes en el Mar Menor, mejorando su estado ecológico a corto, medio y largo plazo.
  • Aumenta el potencial turístico a medida que se recupera la calidad ambiental del Mar Menor debido a una desestacionalización del turismo y basado en un modelo de ecoturismo.
  • Aumenta el potencial fotovoltaico instalado, con el reto pendiente de evitar conflictos con otros usos, por ejemplo, basada en agrovoltaica, combinando la agricultura con la producción de energía solar. 
  • Genera un fuerte aumento en puestos de trabajo y beneficio económico bruto a medio-largo plazo, a pesar de una reducción inicial en ambos a corto plazo, resaltando la necesidad de una inversión inicial.
  • Aumenta la resiliencia de todos los sectores a escenarios de desarrollo socioeconómico-político internacional y al cambio climático.

Como los recursos para implementar soluciones suelen ser limitados, otra ventaja de la modelización de impactos es que permite identificar aquellas soluciones necesarias para facilitar una transición gradual que alcanza umbrales de sostenibilidad mínimos en indicadores ambientales, sociales y económicos.

Esta priorización de soluciones nos indica que, para lograr un desarrollo sostenible, se debe implementar como mínimo las siguientes seis soluciones de la hoja de ruta: a) promover ecoturismo rural, b) promover ecoturismo costero, c) mantener el regadío en los límites legales, d) reducción en el uso de fertilizantes, e) fomento de pequeñas instalaciones (agro)fotovoltaicas, f) fomento de actividades de educación ambiental.

Resultados destacados

  • La hoja de ruta fomentará el desarrollo sostenible del Mar Menor y el Campo de Cartagena, aumentando su resiliencia al cambio climático y frente a posibles cambios socioeconómicos y políticos internacionales.  
  • El modelo cuantitativo apoya el desarrollo de políticas públicas mejor informadas, basadas en evaluaciones integradas, y puede ser de gran ayuda para priorizar soluciones logrando estándares mínimos de sostenibilidad.
  • A lo largo del proceso participativo observamos cómo, a pesar de las diferentes opiniones y prioridades, a menudo es más lo que une a los diferentes sectores que lo que les separa, y que el diálogo sirvió para acercar posturas.
  • Las administraciones públicas pueden apoyar la Hoja de Ruta mediante la facilitación, incentivos, inversiones, formación, sensibilización, el desarrollo, control y seguimiento de normativas.
  • La restauración del socioecosistema requiere tiempo, inversión y colaboración entre todos los sectores. Esperamos que desde la investigación hemos contribuido a encontrar el camino hacia una sociedad más sostenible y resiliente.
Joris de Vente es investigador en el grupo de Erosión y conservación de suelos y agua, Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC).
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