Víctor Fernández-García
Profesor en el departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la Universidad de León
El artículo presenta un trabajo de calidad, realizado por autores reconocidos en el ámbito del análisis de incendios a gran escala. El estudio utiliza datos globales de incendios y densidad poblacional con resolución espacial moderada, lo que es habitual en este tipo de aproximaciones globales. La pregunta de investigación es relevante, pues busca evidenciar cómo evoluciona y se distribuye espacialmente la exposición de la población a los incendios. Si bien existen estudios previos sobre la relación entre área quemada y población, el enfoque resulta novedoso al centrarse en la exposición al fuego y al diferenciar el papel que están jugando, por un lado, las dinámicas poblacionales y por otro, los cambios en los incendios en la evolución de esta exposición entre 2002 y 2021. En conjunto, el artículo ofrece resultados robustos y bien fundamentados, considerando las limitaciones propias del uso de datos de resolución espacial moderada.
Cuando se trata de análisis globales en relación con el fuego, África es el principal determinante de lo que ocurre, ya que es el principal contribuyente al área quemada a nivel mundial (en torno al 70 %). En este caso, los resultados muestran que la exposición poblacional a incendios aumenta a escala global, impulsada principalmente por el cambio en África (39,6 %), donde las dinámicas poblacionales (y no de área quemada), explican este patrón. Se observan también aumentos menos robustos de exposición en Sudamérica y Norteamérica, en línea con trabajos previos que indican una expansión de las interfaces urbano-forestales en EE.UU. En contraste, en Europa y Oceanía no se detectan incrementos de exposición.
La novedad principal del trabajo reside en demostrar que existe un aumento global de exposición al fuego, y que este aumento responde principalmente al crecimiento y redistribución de la población en zonas propensas al fuego. Esta conclusión tiene implicaciones relevantes: el riesgo asociado a los incendios podría estar aumentando aun cuando la actividad del fuego no lo hace. Si este aumento en exposición está asociado a un aumento de impactos asociados al fuego, esto reforzaría la necesidad de medidas preventivas, fundamentalmente de gestión del paisaje.
Los propios autores reconocen varias limitaciones de su estudio. En primer lugar, contabilizan como expuesta únicamente a la población dentro del perímetro de incendio, aunque los impactos pueden extenderse a personas cercanas o incluso a grandes distancias (por ejemplo, por el humo). Además, convendría considerar que el nivel de los impactos no es igual para todas las áreas quemadas. Para abordar parcialmente este aspecto, los autores incluyen un análisis de incendios de mayor intensidad. Este enfoque también presenta limitaciones asociadas a la resolución espacial y temporal de los datos.
De cara al futuro, la disponibilidad de productos de área quemada y severidad con mayor resolución (por ejemplo, procedentes del satélite Sentinel-2) permitirá estimaciones más precisas de la exposición de la población al fuego, especialmente, en regiones con incendios pequeños o de comportamiento complejo. Asimismo, incorporar métricas más específicas, como daños a viviendas o concentración de contaminantes en el humo, podría ofrecer una visión más práctica para determinar si los impactos de los incendios sobre la población están aumentando.