Víctor Resco de Dios
Profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida
El cambio climático que vivimos actualmente es ya prácticamente irreversible. Aunque dejáramos de emitir mañana, las temperaturas no disminuirían. Eso sí, tampoco aumentarían. De ahí la necesidad de alcanzar tan rápido como sea posible un equilibrio entre las acciones que emiten CO2, como la quema de combustibles fósiles, y aquellas que lo absorben, como la fotosíntesis. Cuando logremos este ‘cero neto de emisiones’, la temperatura dejará de subir.
Si tardamos demasiado en lograr ese cero neto, es posible que rebasemos algún umbral irreversible que amplificaría el cambio climático, aun cuando dejáramos de emitir. Si como consecuencia del cambio climático y de la acción humana, por ejemplo, el fuego transforma a la selva amazónica en una sabana, se daría un proceso irreversible que, de forma indirecta, amplificaría el cambio climático a largo plazo porque perderíamos ese colosal sumidero de carbono (aparte de sus consecuencias sociales para las comunidades indígenas y locales y para la biodiversidad).
El mensaje del artículo es tan vital como difícil de entender por parte de la sociedad: lo peor del cambio climático no son los efectos directos, como el aumento de la temperatura. Lo realmente grave son los impactos indirectos, como la subida del nivel del mar, el deshielo de los glaciares o la pérdida de las grandes superficies boscosas y de biodiversidad. Todos estos procesos son irreversibles y, si se llegan a dar, amplificarían el cambio climático (aun sin subidas de emisiones) de manera que el planeta cambiaría para siempre.
Estos impactos indirectos se dan cuando se cruza un valor umbral de temperatura. La novedad del artículo está en estudiar estos impactos indirectos con un umbral de temperatura relativamente bajo, como es un aumento de 1,5 ºC (los acuerdos actuales buscan limitar el calentamiento a 2 ºC). Actualmente, la temperatura ya ha aumentado 1,3 ºC, por lo que estamos cerca de ese valor. No estamos diciendo que nos quedemos sin Amazonas si la temperatura aumenta hasta 1,5 ºC, sino que las reacciones en cadena que se desarrollarían podrían ser preocupantes y amplificar el cambio climático.
El artículo critica esa especie de pensamiento mágico que promueven algunos acerca del desarrollo de tecnologías de captura de CO2: servirán de poco si se desarrollan una vez cruzado un valor umbral y, recordemos, en la actualidad esta tecnología no existe, por lo que tampoco podemos contar con ella.
Debemos valorar este artículo con calma, puesto que trata una de las cuestiones con más incertidumbre en las modelizaciones climáticas, como estos efectos indirectos. Ahora bien, lo que está claro es que debemos lograr el cero neto cuanto antes.