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Eduardo Rojas Briales

Profesor de la Universitat Politècnica de València y exsubdirector general de la FAO

El presente artículo científico (Yao et al. 2024) está sustentado sobre una fuente uniforme y de calidad (imágenes de satélite de alta resolución a 10 metros y software capaz de clasificar automáticamente 10 tipologías de uso del suelo, GlobeLand30) aplicada a la totalidad de la superficie terrestre y analizada con la misma metodología comparando la situación entre 2000 y 2020 y la evolución cada decenio.

El artículo aborda una cuestión que ha merecido un interés creciente: la importancia de la interfaz urbano-forestal dentro de los incendios forestales y, por extensión, en la prevención de riesgos. Si bien los incendios de interfaz urbano-forestal (en inglés wildland urban-interface fires) no afectan a una superficie importante –tanto a escala global como española– comportan considerables riesgos para las personas y bienes (viviendas, instalaciones, …), un coste elevado para las aseguradoras, una extinción complicada y una distracción de efectivos para combatir incendios de grandes extensiones si se produce simultaneidad. Estos han venido recibiendo una creciente atención en el ámbito de incendios, pero menor en el estadístico y, especialmente a escala global. Este artículo pretende contribuir a responder a ese déficit identificando las dinámicas temporales de la interfaz-urbano forestal en los pasados dos decenios –incluida la tendencia de cada uno de ellos– a escala de 14 regiones en que se divide la superficie terrestre. Este último aspecto dificulta extraer conclusiones para territorios concretos como España o una parte de ella (Cantábrico, Mediterráneo, etc.).

Dado el déficit comentado anteriormente, este artículo no analiza ni el número de incendios en las zonas de interfaz urbano-forestal, ni la extensión ni los daños ocasionados, sino estrictamente las tendencias regionales de esta peculiar tipología de uso de la tierra como un primer paso. No obstante, recuerda a los actores implicados que en algunas regiones –analiza con detalle unidades subnacionales menores como California– el crecimiento acelerado de las zonas de interfaz urbano-forestal comporta un obvio crecimiento del riesgo de situaciones críticas como las vividas en el último decenio, por ejemplo en California (Paradise), Australia (Sídney), Grecia…

Es un ámbito que requiere una mayor atención tanto en la formación de efectivos especializados en incendios, (el máster en Incendios Forestales de las universidades de León, Lleida y la Politécnica de Valencia tiene desde hace dos cursos una asignatura dedicada esta problemática), como de la investigación y de políticas públicas adaptadas a este nuevo riesgo. A escalas geográficamente menores que la global, interesaría conocer con más detalle la superficie afectada, daños personales y materiales de esta tipología de incendios discriminando el mes, si el incendio se originó dentro de la zona urbana, en la interfaz o vino de zonas forestales, y la causa del mismo para adecuar las políticas más eficientemente a este riesgo. Por otro lado, resulta necesaria la formación de la población que reside en estas áreas para que interiorice pautas de comportamiento adecuadas de autoprotección.

ES