Rafael Marcos-Gragera
Epidemiólogo del Institut Català d’Oncologia y Profesor agregado de medicina de la Universitat de Girona
Los dos estudios muestran un aumento en la incidencia de cáncer colorrectal en adultos jóvenes en Estados Unidos, y establecen una correlación ecológica con el descenso de la edad recomendada para iniciar el cribado, que pasó de los 50 a los 45 años. Esta ampliación en el rango etario ha permitido detectar cánceres asintomáticos en personas de entre 45 y 49 años, que antes no se sometían a pruebas de detección. Este incremento en los diagnósticos se concentra principalmente en tumores en estadio local, es decir, en fases tempranas y con mejor pronóstico, lo que sugiere un efecto directo del cribado más precoz.
La editorial muestra que enviar pruebas sencillas por correo (como el test FIT) aumenta significativamente la participación de personas jóvenes en los programas de detección. Además, esto no ha afectado negativamente la participación de los mayores, lo que disipa uno de los principales temores que existían.
Como comentan los autores, las posibles limitaciones serian a la falta de información a nivel individual sobre el uso de colonoscopia y el posible efecto de la pandemia, además de tener solo 4 años de datos después de la recomendación inicial para las pruebas de detección.
Un estudio reciente sobre la incidencia del cáncer colorrectal en España, liderado por el Dr. Galceran y basado en datos de los registros poblacionales, ha sido publicado recientemente en la revista Clinical and Translational Oncology. El período analizado abarca de 1993 a 2016.
Los resultados principales indican que no se observa un aumento global de la incidencia del cáncer colorrectal en el grupo de edad entre 20 y 49 años. Sin embargo, al desglosar por subgrupos etarios más específicos, se identificó un aumento significativo en la incidencia entre los hombres de 20 a 29 años a partir de 2006 (con un incremento anual del 10,05 %) y entre las mujeres del mismo grupo de edad durante todo el período 1993-2016 (con un aumento anual del 4,90 %). En España, la población diana del cribado poblacional de cáncer colorrectal continúa siendo la comprendida entre los 50 y 69 años, por lo que el aumento observado en adultos jóvenes no puede atribuirse a un efecto del cribado. Las hipótesis más plausibles apuntan hacia factores ambientales y de estilo de vida, como la adopción de una dieta occidental, el aumento de la obesidad, el sedentarismo y el uso creciente de antibióticos, especialmente durante las primeras etapas de la vida. Entre estos factores, la prevalencia creciente de la obesidad se considera una de las causas más mencionadas del incremento de la incidencia en adultos jóvenes. Otros factores de riesgo potenciales incluyen el consumo de alcohol, el consumo de carne procesada y las enfermedades inflamatorias intestinales.
El citado artículo concluye que es necesario realizar más estudios de cohorte prospectivos para comprender mejor las causas del aumento de la incidencia del cáncer colorrectal en adultos jóvenes y sus interacciones con el entorno, el microbioma y el huésped.
Las principales recomendaciones derivadas de estos estudios incluyen la necesidad de aumentar la concienciación de la población sobre la importancia de participar en los programas de cribado de cáncer colorrectal. En España, la participación en estos programas organizados sigue siendo baja, situándose en torno al 40 %, muy por debajo del umbral deseable para lograr un impacto poblacional significativo. Además, se recomienda fomentar hábitos de vida saludables, lo que implica reducir el sedentarismo, combatir la obesidad y promover una alimentación equilibrada, alejándose de patrones dietéticos poco saludables que podrían estar contribuyendo al aumento de la incidencia en adultos jóvenes.