Santiago Moreno Guillén
Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal (Madrid) y catedrático del departamento de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares
Se trata de un ensayo clínico aleatorizado, con una muestra muy importante de pacientes incluidos, que demuestra que una dosis de un nuevo antibiótico oral (zoliflodacina) es tan eficaz como el tratamiento estándar (ceftriaxona + azitromicina) para la curación de la gonorrea urogenital no complicada en hombres y mujeres. El estudio es particularmente importante porque ofrece una alternativa a la ceftriaxona, que es prácticamente la única opción terapéutica disponible para tratar la gonorrea.
El gonococo, agente causal de la gonorrea, se ha ido haciendo resistente a los diferentes antibióticos a los que era sensible previamente. De hecho, existen zonas del mundo (algunas regiones en China, por ejemplo) con proporciones elevadas de resistencia a ceftriaxona y existe el temor de que la resistencia a este excelente antibiótico se extienda a partes del mundo donde ahora es meramente anecdótica (Europa se incluye en este grupo). El temor a que la resistencia a ceftriaxona se generalice ha hecho que el tratamiento de la gonorrea resistente se haya convertido en una prioridad en la búsqueda de tratamiento alternativos.
El hallazgo de que este nuevo antibiótico, zoliflodacina, es tan activo como ceftriaxona (en el estudio se combina con azitromicina) para el tratamiento de la gonorrea supone un gran avance y un alivio. Esta es la principal conclusión que ofrece el estudio: es eficaz y se tolera bien. Tiene la ventaja de ser un antibiótico oral (la ceftriaxona es intramuscular) y se administra en una sola dosis (como la ceftriaxona). Es cierto que mientras la resistencia a ceftriaxona en nuestro medio no sea un problema, no hay razón para utilizar el nuevo antibiótico. El desarrollo de resistencia a un nuevo antibiótico es el principal problema que hay que afrontar y sería una lástima que este antibiótico dejará de ser útil por el desarrollo de resistencias y no pudiéramos utilizarlo en los casos en que realmente no tuviéramos otras alternativas.
El estudio, por tanto, es alentador. Tenemos un nuevo antibiótico útil para el tratamiento de la gonorrea, incluida la gonorrea resistente a todos los antibióticos. Dado que en la actualidad disponemos de ceftriaxona que es altamente eficaz, muy bien tolerado y económico, y que la tasa de resistencia es todavía anecdótica, no debería utilizarse de modo generalizado el nuevo antibiótico hasta conocer mejor el riesgo de aparición de resistencias y otros aspectos ligados a la práctica clínica.