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Ascensión Marcos

Profesora de Investigación y directora del Grupo de Inmunonutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC

Se trata de un buen estudio. Sin embargo, como de costumbre, siempre se pueden ver ´pegas´. De los 19 edulcorantes aprobados en la UE, en este artículo solo aparecen cuatro, luego no se puede extrapolar ningún resultado. Como también encontramos en una revisión que publicamos recientemente, los autores llegan a observar un efecto en la microbiota intestinal con alteración de la respuesta de la glucemia para la sacarina y la sucralosa. 

De todos modos, aunque la N (el número de participantes en el estudio) está bien (120), en cada brazo del estudio son solo 20. Además, el rango de edad es muy amplio (18-70), juntan ambos sexos (algo que siempre hay que tener en cuenta porque hay diferencias por sexo en cuanto a los resultados de microbiota) y el tiempo de la intervención es corto, solo dos semanas. En cuanto a la situación nutricional, hay varios grupos y no se tiene en cuenta la obesidad, solo el sobrepeso. 

En principio sería preferible diferenciar por casos, por situaciones nutricionales, por patologías, incluso por zonas geográficas, ya que en Latinoamérica la población lleva años consumiendo edulcorantes de distinto tipo y, posiblemente, pudieran tener su microbiota adaptada. 

Creo que, en general, teniendo en cuenta estos puntos, puede ser complicado sacar conclusiones. 

ES