Blanca Martínez
Investigadora del departamento de Geología
Utilizar un sondeo obtenido en el fondo de un lago como posible GSSP del Antropoceno es una decisión acertada. Los registros sedimentarios de medios lacustres son unas herramientas (proxies) excelentes para analizar los cambios ambientales recientes con una gran resolución temporal, ya que en los fondos de los lagos se deposita una nueva capa de sedimento cada año y de manera continua durante siglos o milenios. Esto permite dar una edad precisa al principal indicador geoquímico considerado como posible inicio del Antropoceno, la señal de Pb radiactivo fruto de las pruebas atómicas. Además, tener este registro de las variaciones medioambientales provocadas por la acción del ser humano de un año a otro, facilita la correlación entre registros geológicos de todo el mundo con una precisión nunca antes conseguida en geología.
Sin embargo, los sondeos lacustres pueden tener ciertas limitaciones. Los lagos son unos ambientales muy sensibles a los cambios ambientales y climáticos, registrando no sólo las variaciones a escala global, sino también a escala local o regional, como pueden ser incendios cercanos, modificaciones intencionadas en los sistemas hídricos o alteraciones de la fauna y la flora por efecto del ser humano. Por este motivo, es necesario contar con otras posibles secciones de referencia secundarias que permitan identificar, caracterizar y dar una edad precisa a los cambios acontecidos a escala global, para separar sus señales y evidencias de las alteraciones locales.
Con esta reunión internacional se avanza un escalón más en la discusión geológica sobre la posible definición del Antropoceno como una nueva división temporal de la historia de la Tierra. Pero su ratificación compete únicamente al ámbito científico. En el plano social, debe servir como la presentación de nuevas evidencias científicas, sólidas y rigurosas, de que el ser humano es capaz de alterar los ciclos biogeoquímicos naturales de nuestro planeta con nuestras acciones, llegando a quedar marcadas en sedimentos de todo el mundo. Aunque, de momento, sigamos viviendo en el Holoceno Superior.