Reacción a "Un estudio ubica el inicio del Antropoceno en 1952"
Blanca Martínez
Investigadora del departamento de Geología
El trabajo de Kuwae recoge un detallado análisis de casi 400 registros geológicos y biológicos, entre los que se encuentran sedimentos lacustres, corales o anillos de árboles, de 137 localizaciones geográficas distribuidas por todo el mundo y que permiten inferir la influencia humana en el medio natural en los últimos 8.000 años. Por tanto, se trata de un trabajo arduo, detallado y muy completo, que aporta resultados sólidos y concluyentes.
Con este estudio se complementan trabajos previos de la misma índole, que buscan aportar una edad lo más concreta posible para el comienzo de la alteración de los ciclos biogeoquímicos naturales del planeta debido a la influencia humana. De esta manera, el equipo investigador concluye la existencia de tres momentos clave de la historia reciente: la segunda mitad del siglo XIX (entre 1855 y 1890), coincidiendo con la Revolución Industrial; comienzos del siglo XX (de 1909 a 1944); y mediados del siglo XX (entre 1948 y 1953), en el comienzo de la denominada ‘Gran Aceleración’. Los datos aportados, además, evidencian que fue durante este último periodo, particularmente a partir de 1952, cuando comenzó la principal alteración de los ciclos naturales fruto de la actividad humana.
De esta manera, este trabajo pone de manifiesto la existencia de una importante huella humana en el registro geológico y biológico reciente, dejando claro que el ser humano ha sido capaz de alterar el comportamiento natural de diferentes medios ambientes de nuestro planeta desde mediados del siglo pasado. Sin embargo, estos resultados no son suficientes para plantear el año 1952 como comienzo de una nueva subdivisión de la escala de los tiempos geológicos, el Antropoceno, ya que, tal y como concluyó recientemente la International Commission on Stratigraphy (ICS), no es posible inferir la persistencia futura, a escala geológica, de estas evidencias en el registro sedimentario. Pero sí que es una nueva llamada de atención de la importancia de disminuir el efecto humano en el planeta para poder predecir los cambios climáticos y bióticos futuros y adaptarnos a ellos de manera eficiente.