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Bruno González Zorn

Catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense de Madrid y asesor de la OMS en el campo de las resistencias a los antibióticos

Las ventas de antibióticos en animales de producción de alimentos se han reducido un 50 % entre el año 2011 y 2021 en Europa, y la de antibióticos considerados de importancia crítica en medicina humana también se han reducido. Esto es una buena noticia, y debemos felicitarnos todos por ello, sobre todo a las autoridades europeas y agencias nacionales, en España la AEMPS con su Plan Nacional Resistencia Antibióticos (PRAN), por este éxito sin precedentes.

Sin embargo, no debemos olvidar que la resistencia a los antibióticos es hoy la mayor amenaza sanitaria que tenemos. El consumo de antibióticos en el mundo ha aumentado un 70 % entre los años 2000-2015 en países en vías de desarrollo, donde el control del consumo y de la adquisición de antibióticos es ínfimo. Este año hemos sabido que las muertes directas de pacientes que no responden a ningún tratamiento antibiótico no son de 700.000 pacientes/año, como se estimaba, sino de 1,2 millones/año en el mundo. Además, los datos actuales no incluyen los años de covid-19.

Sabemos que, en el mundo y en Europa, esta pandemia ha incrementado los niveles de resistencia a antibióticos de último recurso, y ha acelerado la generación de bacterias panresistentes, resistentes a todos los antibióticos disponibles en la práctica en nuestros hospitales. Desde la OMS estamos elaborando una lista de antibióticos críticos para el ser humano, que pretende ayudar a los países a centrar sus esfuerzos en los antibióticos más relevantes para nuestra salud.

ES