Carolina Gabarró
Investigadora del departamento de Oceanografía Física y Tecnológica del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)
Para mí es muy desalentador ver que no se consigue frenar el uso de los combustibles fósiles (gas y el petróleo), que son las principales causas de las emisiones de CO2. La temperatura en el Ártico ha aumentado más del doble de la temperatura global, lo que provoca que el hielo se derrita rápidamente, algo que tiene muchas consecuencias tanto a nivel ecológico como climáticas. No somos conscientes que estos cambios en el Ártico nos afectan a todas las latitudes, no solo allí: subidas del nivel de mar, olas de calor, incendios, cambios en el clima, etc. El hecho de cruzar el umbral de 1,5 ºC es muy peligroso. Hay varios puntos de no retorno que estamos a punto de cruzar.
Es triste ver cómo no somos capaces de unir esfuerzos y planificar a 20-30 años vista, porque todos vamos a sufrir las consecuencias. Quienes más radicalmente tenemos que cambiar somos los países que más hemos emitido en estas últimas décadas. En mi opinión, hay que decrecer como sociedad, reducir el consumo de energía y reducir de forma radical las emisiones de CO2. Porque lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico.