Autor/es reacciones

Eloy Rodríguez Rodríguez

Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla-IDIVAL y profesor asociado de Medicina en el departamento de Medicina y Psiquiatría de la Universidad de Cantabria

El estudio es de muy alta calidad. Por un lado, supone un gran esfuerzo colaborativo, con cinco grandes cohortes clínicas y una cohorte con datos anatomopatológicos (evidencia en autopsia de enfermedad de Alzheimer), esto no es nada fácil. Por otro lado, asumir la idea de la herencia autosómica semidominante, reunir una población de este tamaño para demostrarlo (el porcentaje de homocigotos e4 en población general es muy bajito) y darle el enfoque estadístico adecuado (como si fuera un alzhéimer hereditario) reflejan una originalidad, tenacidad, calidad científica y capacidad de esfuerzo innegable. 

Realmente, que los homocigotos e4 tienen una altísima probabilidad de alzhéimer no es ninguna novedad, lo conocemos desde hace años y lo vemos en nuestras consultas. Hasta ahora no había datos de tamaños poblacionales grandes (al tener una frecuencia baja, en los estudios habituales se analizan de forma conjunta con los heterocigotos, con la población analizada en este estudio esto se supera) ni estaban analizados los datos con el enfoque necesario para valorar este aspecto (es lo más original del estudio, cómo enfocan el problema y realizan los análisis con la estrategia de los casos de alzhéimer hereditarios). El estudio aporta evidencias sólidas para cambiar el marco conceptual: pasamos de pensar en los homocigotos e4 como un factor de riesgo a considerarlo un factor determinante de la enfermedad.  

Las implicaciones son importantes. Estamos entrando en una época donde empiezan a llegar fármacos con potencial efecto modificador de la enfermedad de Alzheimer, fundamentalmente sobre el acúmulo de amiloide cerebral, que es universal en los sujetos e4 y un fenómeno precoz (tan pronto como en la década de los 40). Quizás, en un futuro próximo, estos sujetos puedan ser candidatos a un cribado poblacional para tratarlos desde edades muy precoces, evitar este acúmulo de beta-amiloide y retrasar/evitar la enfermedad. Además, hay evidencias preliminares de fármacos que pueden bloquear el efecto del ApoE e4, con lo que serían una población ideal para testarlos.  

La principal limitación del trabajo ya la mencionan los autores en el artículo. Es un estudio hecho de forma transversal juntando diferentes cohortes, lo que da heterogeneidad. Además, hay una sobrerrepresentación de sujetos de origen europeo-caucasiano, lo que limita la extensión de estos hallazgos a otras poblaciones (se sabe que el efecto de ApoE es diferente entre razas o poblaciones humanas). Son necesarios estudios poblacionales longitudinales que confirmen estos hallazgos. 

 

ES